martes, diciembre 2, 2025
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Editoriales

La mente también gana juegos: así trabaja la psicología deportiva

En un béisbol donde se mide cada lanzamiento y cada swing, hay un terreno que no aparece en las estadísticas, pero decide partidos: la mente. Así lo explica Manny Rosado, mental coach y especialista en psicología deportiva que trabaja desde 2019 con jugadores dominicanos y que actualmente forma parte del cuerpo técnico de los Toros del Este y de los Diablos Rojos del México, la franquicia más ganadora de la liga azteca.

Rosado aclara que su rol no es el del psicólogo clínico tradicional. “Yo no doy terapia. Soy mental coach, con maestría en psicología deportiva. Mi trabajo es maximizar el rendimiento del jugador trabajando concentración, confianza, resiliencia y manejo emocional”, aseguró.

Su labor abarca tres pilares del equipo: los jugadores, el cuerpo técnico y el departamento de operaciones. “De nada vale trabajar con los jugadores si no estás alineado con el staff técnico, y de nada vale trabajar con el staff si operaciones no entiende la importancia del enfoque mental en la toma de decisiones”, explicó Rosado.

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 Los enemigos silenciosos del pelotero

Según Rosado, lo que más afecta a un jugador no es un mal swing, sino la mente.

“El béisbol es un deporte de error. Para tú ser exitoso, tienes que fallar siete veces y acertar tres. El problema es manejar el miedo al error, pasar la página rápido y no caer en el overthinking”, señala Rosado.

Muchos jugadores pierden el enfoque del plan de juego o se obsesionan con el resultado y no con el proceso. Su trabajo consiste en ayudarlos a retomar el control mediante técnicas de respiración, visualización y ejercicios de contención emocional.

El proceso que trabaja es claro: soltar, aprender del error, y luego reajustar la ejecución.

Rosado reconoce que en los equipos profesionales siempre surgen fricciones, especialmente en rachas negativas.

“El jugador que no está jugando se desespera, el ego sube, y el cuerpo técnico pierde claridad. Ahí entro yo como mediador para alinear las dos partes”, indicó.

La clave —dice— es recordar que “los equipos campeones también dependen de los que están en la banca”.

Un jugador lesionado

El aspecto mental de la recuperación es crítico. “Primero, hay que aceptar la lesión sin culpa. Luego trabajar autoestima, valor personal, ansiedad y miedo a ser sacado del roster”, explica Rosado.

Muchos jugadores lesionados ni siquiera están cobrando, lo que aumenta el estrés. Por eso se les guía para mantenerse conectados con el equipo, sostener sus rutinas y reforzar el pensamiento positivo mientras vuelven al campo.

Rosado asegura que su ventaja es conocer el béisbol, hablar el idioma del pelotero y adaptarse tanto a jugadores con muchos estudios como a los que apenas terminaron el colegio. “Eso genera confianza”, puntualiza.

¿Se trabaja igual con jóvenes y veteranos?

“No. Los jóvenes están más abiertos, aunque a algunos no les interese. El veterano confía más en su memoria muscular y su experiencia. Pero hay que conectar con ambos. No puedo hablarle solo a uno”, explicó Rosado.

A nivel grupal, se buscan estrategias que funcionen para todos; a nivel individual, el proceso es distinto para cada caso.

Para Rosado, todo se resume en una frase que suele repetir en los clubes:

“La mente no gana sola, pero sin ella es imposible ganar y sostener la consistencia.”

Una afirmación que, en medio de la presión del invierno dominicano, lesiones, rachas, competencia interna y un país donde todavía el tema mental se mira con recelo, cobra más importancia que nunca.

Fuente: Diario Libre

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