miércoles, mayo 14, 2025
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Editoriales

Tesla ve caer un 71% sus ganancias trimestrales y Musk da un paso atrás del DOGE

Por no hablar de los innumerables retrasos del Cybercab, el robotaxi de Tesla, que según Reuterstambién se habría visto afectado por los aranceles que Trump ha desatado contra Pekín, obligando al gigante estadounidense (que tiene su gigafactoría insignia en China) a detener la producción, que tendrá lugar en Texas. La misma suerte correrá el Semi, el camión eléctrico producido en Nevada del que se lleva hablando desde 2017.

El Tesla económico: si lo hay, se retrasa

Y luego está -o quizá no, ya que nunca ha quedado claro si existe o no- el famoso Tesla a precio reducido. A lo largo de los años, la prensa lo ha rebautizado como Model 2, Model Q, Model A, corriendo el riesgo de quedarse sin letras en el alfabeto.

La idea de producirlo nunca ha entusiasmado a Musk, pero aún así según Reuters existiría, se llamaría internamente Proyecto E41, y sería una versión reducida y más barata del Model Y. Sobre todo, ya estaría atrasado, aunque la compañía tejana, según la información recogida por la agencia de noticias, debería tener el objetivo de producir 250.000 unidades ya en 2026. También se guardaría en los talleres un prototipo de una versión de entrada de gama de la berlina Model 3, pero por ahora todo es silencio.

Musk estará en el Dux a tiempo parcial

Dada la competencia cada vez más feroz de China, con Byd de Asia ahora firmemente establecido como el principal antagonista, Tesla haría bien en anunciar modelos de bajo coste, aunque sólo fuera para hacer oficial su existencia, con el fin de tranquilizar a los accionistas.

En lugar de eso, Musk prefirió garantizar que "a partir del mes que viene" sólo pasará "uno o dos días a la semana"en el Doge, "siempre que el presidente quiera". Casi como insinuando que su papel podría tener un horizonte temporal más corto que la legislatura, pero sobre todo respondiendo a la pregunta de las preguntas, es decir,’si' y 'cuánto' su nuevo cargo político es realmente un lastre para Tesla.

Tal vez el clavado del balance no sea todo culpa de los disparos de Musk y Trump: pero casi con toda seguridad el coche eléctrico, tras haber encendido sus intermitentes de emergencia, clama por la atención de su visionario conductor, últimamente demasiado distraído por los asuntos políticos. Un Tesla puede seguir adelante con Autopilot: una empresa, de momento, no.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.

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