El ejército israelí admitió el jueves una serie de errores cometidos durante su respuesta a los ataques de Hamás el 7 de octubre. Entre los fallos mencionados se encuentra la desorganización y la lentitud en la reacción ante los acontecimientos, según informó el ejército al hacer públicos los resultados de su primera investigación sobre los hechos que desencadenaron la guerra en Gaza.
El informe se centra en la comunidad de Be’eri, donde más de 100 personas perdieron la vida y más de 30 fueron tomadas como rehenes por Hamás. Este lugar fue uno de los más afectados por el ataque del día en cuestión y escenario de uno de los enfrentamientos más intensos, donde combatientes palestinos retuvieron a un grupo de rehenes en una casa.
Según el principal portavoz del ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari, el ejército falló en su misión de proteger a los residentes del kibutz Be’eri.
En medio del enfrentamiento, un tanque disparó contra la vivienda donde se encontraban los rehenes, generando dudas acerca de su destino. El ejército considera que estos probablemente fueron asesinados por combatientes de Hamás. El informe solicita realizar pruebas adicionales para confirmar esta hipótesis.
Además, se indicó que hubo retrasos en la llegada de las fuerzas armadas al lugar de los hechos y que los mandos no comprendieron la gravedad de la situación, lo que causó una demora en la respuesta.
Por otro lado, los habitantes del kibutz expresaron sentimientos encontrados tras conocer el informe, mostrando enojo por los fallos del ejército pero también gratitud por asumir la responsabilidad. Algunos calificaron el informe como un “engaño” y expresaron desconfianza hacia su contenido.
La incursión transfronteriza provocó la muerte de unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, convirtiéndose en el ataque más letal en la historia de Israel.
La respuesta israelí desencadenó un desastre humanitario en Gaza, con más de 38.000 palestinos muertos, según las autoridades locales, y una gran cantidad de desplazados. Además, Israel enfrenta acusaciones de crímenes de guerra y genocidio en tribunales internacionales.
Fuente: Diario Libre
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