Alejandro Fernández W. es un funcionario satisfecho. Su primer trabajo en una institución financiera fue en Nueva York, en 1994. Desde entonces, ha estado vinculado al sector financiero, con la aspiración de llegar a ser el superintendente de Bancos de la República Dominicana. Logró su objetivo, a pesar de no tener un fuerte vínculo con la política partidaria.
“Este ha sido, sin lugar a dudas, el honor de mi vida (…) Estoy muy orgulloso del gobierno que hemos hecho, del gobierno del presidente Abinader”, dice a Diario Libre el hombre que ha tenido que supervisar las entidades financieras en medio de una crisis económica por la pandemia del COVID-19 y la disolución de un banco por mala gestión. A esto se suma un contexto de altas tasas por una política monetaria restrictiva.
Se convirtió en un influencer en su época de “Econodivo”, el apodo con que se le conocía por ser un reconocido analista y consejero financiero, especialmente en su columna Argentarium. Cuando pasó a ser funcionario, le fue retador detener sus dedos para no escribir aquellos hilos analíticos -y hasta de denuncias- en la red social X (antes Twitter). Llegó a pensar en crear una cuenta falsa para desahogarse.
Pero su investidura primó. A sus 51 años, ya tiene un cuatrienio como superintendente de Bancos y 30 años trabajando en el sector financiero en general. Se le ve -y está- bien, tras superar un diagnóstico que le dieron en abril de un melanoma maligno, un tipo de cáncer de piel.
Y a quién mejor para hacerle esta pregunta: ¿qué tiene que pasar en el sistema financiero para que bajen más las tasas de interés de los préstamos? “Tenemos que aumentar el nivel de ahorro del país”, resume.
Ese incremento está conectado con la inminente reforma fiscal que se hilvana desde el gobierno. Aunque Fernández señala que es un tema que le compete a Hacienda, indica que, si con esta se logra un mayor equilibrio fiscal, “el gobierno no tendría que estar recurriendo tanto al ahorro de los dominicanos”.
Cuando se genera un déficit fiscal (que este año asciende a 229,247.9 millones de pesos), hay que financiarlo haciendo emisiones de títulos, por ejemplo. “Y parte, entonces, del ahorro de los dominicanos lo utilizamos para adquirir esos títulos, sean del Gobierno o del Banco Central. Pero en la medida en que tengamos un mejor equilibrio a nivel del Estado, habrá mayor excedente y podrá, entonces, colocarse en toda la economía”, explica el superintendente.
En ese escenario, pudieran bajar las tasas de interés de los préstamos, pero no de manera inmediata, sino en el mediano plazo, quizás más allá de tres o cinco años.
El Ministerio de Hacienda prosigue la vieja meta de que finalmente el país alcance el llamado Grado de Inversión en su calificación crediticia, que es BBB o mayor, lo que implica tener un mejor equilibrio entre los ingresos y los gastos.
“Si el país logra eso (el Grado de Inversión), el Estado se va a poder financiar a un menor costo y, por tanto, toda la economía dominicana, todos los hogares y las empresas, también se van a poder financiar a un menor costo”, augura Fernández W.
Pero también hay un componente internacional que incidirá en que bajen las tasas: si la Reserva Federal (banco central) de Estados Unidos reduce su tasa de interés de política monetaria en un actual contexto de “tormenta financiera” en los mercados. Lo que se decide allá repercute aquí, pues se toma como indicador para trazar la política interna.
La banca sólida
En un cómodo sofá de su oficina, en un recién renovado edificio de más de 50 años de construcción, Fernández W. dice a Diario Libre que se siente satisfecho por el estatus de la banca dominicana bajo su supervisión en estos últimos cuatro años -y que parece será ratificado para un tercer bienio-.
Las instituciones financieras supervisadas por la Superintendencia de Bancos están dentro de un sistema que totaliza 3,642,197 millones de pesos en activos. En los últimos cuatro años se han publicado más de 100 instrumentos normativos, como instructivos y circulares, que abordan aspectos clave para la salud del sistema y la protección de los usuarios.
“Quizás el apetito de riesgo de la banca -eso es un reto que tenemos- es bastante conservador”, reconoce el funcionario. No obstante, está satisfecho con el nivel de morosidad que tiene el sector bancario, “extraordinariamente bajo”, por debajo del resto de la región. “El dominicano, la dominicana, es muy buen pagador, muy buena pagadora”.
Pero reconoce que se pudiera aumentar “sustancialmente” el porcentaje de la población bancarizada. “Ahora mismo, alrededor solamente del 50-55 por ciento de los dominicanos y las dominicanas tiene una cuenta bancaria. Realmente, nos deberíamos proponer en el corto o mediano plazo llegar, por ejemplo, a un 70 por ciento”.
Analiza que los préstamos que los bancos conceden a las empresas y a los hogares, en relación con el tamaño de la economía, son en torno al 30-31 %. “Y cuando ves a otros países como, por ejemplo, Costa Rica, que para nosotros es una economía, digamos que, parecida dentro de la misma región, tiene un 50-55 %, entonces hay un gran espacio; eso también es una gran oportunidad, porque hay un gran espacio de crecimiento”.
¿Pasar las cooperativas a la Superintendencia
Antes de ser funcionario, Fernández W. cuestionaba públicamente la capacidad de supervisión de las cooperativas, responsabilidad del Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop), una entidad que se rige por una ley de 60 años de vigencia.
Las cooperativas representan el 10 % del sistema financiero general. Incluso el sector es más grande que el de las asociaciones de ahorros y préstamos.
“Desde el inicio de mi gestión hemos estado colaborando con el equipo del Idecoop para fortalecerlo”, indica Fernández W. Sin embargo, entiende que esto se pudiera afianzar fortaleciendo al propio Idecoop, estableciendo una superintendencia de cooperativas o que aquellas de cierto tamaño sean supervisadas por la Superintendencia de Bancos y el Idecoop se encargue del otro segmento.
“No hay un modelo único”, dice. “Ahora, de que se tiene que adecuar y fortalecer, claro que se tiene que adecuar y fortalecer”.
- En el 2023, el Idecoop intervino la Cooperativa de Ahorro y Crédito Herrera (Coop-Herrera) por un esquema de fraude de más de 2,500 millones de pesos que llevó a prisión preventiva a siete de sus directivos. Ese mismo año, se disolvió por decreto la Cooperativa Popular de Ahorros, Créditos y Servicios Múltiples (Coopopular) tras identificarse un desfalco por 123 millones de pesos.
¿Cuándo las asociaciones podrán abrir cuentas en dólares?
La Ley Monetaria y Financiera contempla la posibilidad de que las asociaciones de ahorros y préstamos voluntariamente migren a ser entidades accionarias, como son los bancos múltiples.
Estas entidades están a la espera de que la Junta Monetaria responda a su solicitud de ser autorizadas a ofrecer servicios y productos en moneda extranjera, como la apertura de cuentas de ahorro y otras transacciones, una atribución que es exclusiva de los bancos múltiples.
Sobre este pedido, Fernández W. responde: “Los tiempos de la Junta Monetaria son los tiempos de la Junta Monetaria”, y asegura que se está trabajando en este tema.
Asociaciones de ahorros y préstamos esperan respuesta del Banco Central para trabajar con divisas
¿Qué pasó con Bancamérica?
Al poco tiempo de Fernández W. llegar a la Superintendencia se comenzó a ejecutar la disolución de Bancamérica, un banco que contaba con apenas el 0.13 % de los activos del sistema financiero nacional. Aunque pequeño, tenía grandes problemas de gestión.
El anterior superintendente, Luis Armando Asunción, había advertido al presidente del consejo de administración, el venezolano Víctor Vargas Irausquín, que si no se subsanaban las causas que dieron origen a un plan de regularización, Bancamérica sería disuelto. Vargas Irausquín poseía directamente el 35 % de las acciones del banco y, a través de la sociedad Cartera de Inversiones Venezolanas, era titular del 65 % restante.
Fernández W. revela que los problemas con esta entidad surgieron porque el accionista principal, además de tener operaciones en la República Dominicana, las tenía en otras jurisdicciones, y parte de los recursos de los ahorros que se habían gastado localmente, se colocaron en una entidad vinculada al accionista, poniendo en riesgo las captaciones de la entidad local.
“Le exigimos al dueño de esa entidad que esos recursos que estaban fuera se repatriaran y se reinsertaran dentro del balance del banco de otra forma”, explica. Sin embargo, no ocurrió y las autoridades ejecutaron la disolución.
Aunque las autoridades reaccionaron con presteza para que no se escalara a una crisis bancaria como la nefasta del 2003, el proceso no ha concluido a nivel legal. Se recurrió a 900 millones de pesos del fondo de contingencia que administra el Banco Central.
“Si no logramos resarcir y que se nos pague el uso de esos fondos, pues hay una garantía que estamos en proceso judicial -si llegáramos ahí- de ejecutarla. Eso está ahora mismo en los tribunales”, dice Fernández W. Si no cumplen, los de Bancamérica pudieran perder una propiedad valiosa que no identifica.
Adjudican al Banreservas los activos y pasivos de Bancamérica
Lavado de activos en la banca
¿Hay brechas para el lavado de activos en la banca nacional?, se le pregunta al superintendente. “Siempre las va a haber”, responde. La superintendencia atendió 10,480 solicitudes de información del Ministerio Público en cuatro años.
“Estamos empujando y trabajando y motivando y exigiendo al sector financiero, al sector bancario, inversiones en recursos y cambios en su forma de trabajar, para mejorar la calidad del trabajo en prevención del lavado de activos”, dice. Esto también para sacar buena nota en las evaluaciones internacionales.
Fernández W. es reservado al hablar de las criptomonedas y su aprobación en el país, pero reconoce que, en la medida en que se vaya generalizando su uso, se tendrá que pronunciar de una manera más puntual, en dirección hacia orientar a la población.
Mientras, reflexiona que la volatilidad de los criptoactivos es su diferencia con la moneda de curso legal. Además, están los engaños. De hecho, en la justicia se procesa a Jairo González y otras cinco personas en una alegada estafa de más de 100 millones de pesos a través de criptomonedas que afectó a más de 413 inversionistas.
A lo que sí motivan estas monedas virtuales, indica el funcionario, es a potenciar las transacciones digitales, las que la banca dominicana está potenciando con funcionalidades novedosas. La propia Superintendencia tiene una aplicación llamada ProUsuario Digital, para orientar a los clientes del sistema, que cuenta con más de 300,000 usuarios. Así como Simbad, una plataforma web que recoge datos estadísticos del sistema financiero.
Prioridad para los años venideros
¿Qué sigue ahora El superintendente proyecta que el marco regulador del sistema financiero tiene oportunidades de modernización, basado en todo lo que se ha aprendido en las últimas décadas.
“Puede ser la ley o podrían ser, más que todo, los reglamentos de la ley, y esa es una parte donde yo quisiera que avanzáramos más”, indica. De su parte, de no seguir en la superintendencia, tiene pensado establecerse en la academia.
“Si dejo de ser superintendente, así como antes lo había sido llegar a ser superintendente, mi sueño es ser rector de una universidad en nuestro país. A mí me encanta la idea de crear o de fortalecer instituciones”, confiesa.
Fuente: Diario Libre
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