Ayuda financiera de BRICS para catástrofe climática en Brasil

El nivel del agua está empezando a descender en ciertas áreas del sur de Brasil, revelando los devastadores efectos de la crisis climática en la región, que recibirá más de 1,100 millones de dólares en ayuda por parte del banco de los BRICS, anunció el banco el martes.

La magnitud de la tragedia en el estado de Rio Grande do Sul ha resultado en al menos 149 muertes y 124 personas desaparecidas, según el último informe de Defensa Civil.

Más de 617,000 personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares debido a las inundaciones en un total de 446 municipios, y alrededor de 80,000 de ellos se encuentran en refugios, según las autoridades.

El banco de los BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha destinado un apoyo de 1,115 millones de dólares (alrededor de 5,750 millones de reales) para Rio Grande do Sul, como anunció Dilma Rousseff, presidenta de dicho banco.

Estos fondos se utilizarán para "reconstruir la infraestructura urbana y rural" y para "asistir en la recuperación de la vida de los habitantes de Rio Grande do Sul", indicó la expresidenta brasileña en un video compartido en la red social X.

En total, las contribuciones de grandes bancos multilaterales, como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), suman más de 15,600 millones de reales (alrededor de 3,120 millones de dólares), según el gobierno.

Mientras tanto, se siguen recibiendo toneladas de donaciones para proveer a las decenas de miles de habitantes que se encuentran alojados en refugios.

– Partir para evitar "algo peor" –

En la ciudad de Cruzeiro do Sul, con una población de aproximadamente 11,600 habitantes, el agua "llegó a cubrir el techo de nuestra casa", contó Silvio Kehl, un pintor de 40 años que vive con su esposa y su hija de cuatro meses, a la AFP.

Después de enfrentar la tercera inundación en esa área, la familia decidió mudarse: "Vamos a abandonar este lugar antes de que ocurra algo peor", expresó.

Nelson Xavier, de 61 años, observaba con resignación los restos de su fábrica de hormigón devastada: "Fueron 30 años de trabajo, de lucha, y ahora lo perdimos todo de un momento a otro", lamentó.

"Me gustaría reabrir y tener empleados de nuevo (…) pero es imposible, ya no tengo la fuerza", dijo Xavier.

En Lajeado, otra localidad del interior, también se observan numerosos daños en zonas residenciales, arrasadas por el barro tras la crecida del río Taquari y deslizamientos, según constató la AFP.

La devastación ha sumido al estado en luto, y se necesitará reconstruir gran parte de la infraestructura. Como en Canoas, cerca de la capital Porto Alegre, donde una autopista quedó sumergida bajo las aguas marrones.

– Más lluvias –

En los últimos días, el caos se ha intensificado con nuevos desbordamientos causados por las intensas lluvias.

El río Guaíba, en la capital Porto Alegre, ha alcanzado niveles históricos y este martes llegaba a 5,21 metros; se espera que pueda superar el pico de 5.35 metros registrado el 5 de mayo.

Las previsiones para este martes y el resto de la semana apuntan a una marcada disminución de la temperatura en el estado más al sur de Brasil, según el Instituto Meteorológico del país.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo gobierno ha prometido una ayuda de 50,000 millones de reales (10,000 millones de dólares), viajará el miércoles por tercera vez a la zona afectada por la catástrofe.

En la ciudad de Sao Leopoldo, en la región metropolitana de Porto Alegre, informaron desde la Presidencia que se realizarán "nuevos anuncios centrados en la recuperación del estado".

El lunes, el gobierno presentó una propuesta al Congreso para suspender por 36 meses los pagos de la deuda de Rio Grande do Sul con el Estado brasilero, con el objetivo de aliviar la carga ante la tragedia.