El Gobierno catalán ha anunciado la instalación de una desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona para hacer frente a la sequía en la región. Se ha descartado la idea de traer agua en barcos debido a que la desalinizadora flotante es más económica, sostenible ambientalmente y segura en cuanto al abastecimiento de agua.
La desalinizadora producirá unos 14 hectómetros cúbicos al año, lo que representa un 6% del agua consumida en el área metropolitana de Barcelona. Esta medida se toma tras varios años de precipitaciones por debajo de lo normal, lo que ha llevado a declarar la fase de emergencia por sequía para seis millones de personas en Cataluña.
Se han impuesto restricciones y se evalúa la instalación de más desalinizadoras móviles en la zona más afectada por la sequía en el noreste de la región. A pesar de las lluvias recientes, los embalses catalanes se encuentran al 18% de su capacidad, por lo que es necesario tomar medidas adicionales para garantizar el suministro de agua en el futuro.
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