El río Artibonito en Elías Piña sirve de frontera entre República Dominicana y Haití, siendo una vía de paso para cientos de personas cada jueves. Las canoas son el principal medio de cruce, aunque algunos prefieren hacerlo a pie o mojar sus motores. En Bánica, el mercado binacional es un punto de intercambio vital para ambas comunidades.
En el río Artibonito, haitianos transportan mercancía en canoas mientras otros juegan en el agua. Al otro lado, se vislumbra la presencia de Haití, un país sumido en desorden y violencia. Al hablar con los comerciantes presentes, se evidencia la pobreza y las dificultades que enfrentan para sobrevivir en Tilory.
En la carretera Internacional que conecta Elías Piña y Dajabón, se pueden observar puestos de vigilancia y tramos sin ninguna protección, lo que representa un peligro dado el contexto de violencia en Haití. En un mercado a mitad de camino, se venden galletas de arcilla que son consumidas por mujeres embarazadas debido a la extrema pobreza. Este intercambio de mercancías se sostiene gracias a la política fronteriza dominicana, que permite a comunidades locales mantenerse a flote.
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