Un bombardeo llevado a cabo por Israel en un campo de desplazados en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, resultó en al menos 45 muertes, según un nuevo informe comunicado este lunes por las autoridades palestinas, que gobiernan el territorio controlado por el movimiento islamista Hamás.
Este ataque forma parte de la ofensiva emprendida por Israel contra Hamás hace más de siete meses, en respuesta al ataque mortal perpetrado por comandos islamistas en suelo israelí el 7 de octubre.
El bombardeo recibió condenas de Egipto, Jordania, Kuwait y Catar.
Además, Catar, actuando como mediador junto a Estados Unidos y Egipto para lograr un alto al fuego en el conflicto y la liberación de los rehenes retenidos por los islamistas en Gaza, advirtió que el bombardeo podría obstaculizar esas negociaciones.
El Ministerio de Salud de Palestina informó que la masacre en Rafah dejó 45 muertos, incluyendo 23 mujeres, niños y ancianos, y 249 heridos, revisando al alza un balance previo de 40 fallecidos.
Miembros de la defensa civil en Gaza presenciaron varios cuerpos carbonizados debido al incendio causado por el bombardeo.
Imágenes difundidas por la Media Luna Roja Palestina muestran escenas caóticas de personal médico evacuando a heridos, incluidos niños.
"Acabábamos de terminar la oración de la noche (…) nuestros hijos estaban durmiendo, de repente oímos un fuerte ruido y vimos fuego por todos lados. Los niños gritaban, el ruido era aterrador", contó una sobreviviente que prefirió no identificarse.
El Comité Internacional de la Cruz Roja mencionó que uno de sus hospitales de campaña estaba recibiendo una afluencia de heridos en busca de atención por lesiones y quemaduras, y que sus equipos están haciendo todo lo posible por salvar vidas.
Imágenes grabadas por equipos de la AFP el lunes por la mañana muestran restos carbonizados de tiendas de campaña y familias palestinas observando la destrucción.
El ejército israelí afirmó que sus aviones alcanzaron una instalación de Hamás en Rafah, donde murieron Yassin Rabia y Khaled Nagar, altos cargos del grupo islamista en Cisjordania ocupada, y que estaban al tanto de informes que indicaban que varios civiles resultaron heridos como consecuencia del impacto y del fuego. Aseguraron que están investigando el incidente.
Tras el bombardeo, Hamás llamó a los palestinos a levantarse y marchar contra la masacre del ejército israelí.
Egipto denunció un "ataque contra civiles indefensos" y Jordania acusó a Israel de cometer crímenes de guerra.
Kuwait afirmó que este nuevo ataque revela los flagrantes crímenes de guerra y el genocidio cometidos por Israel, mientras que Catar calificó el bombardeo israelí como una peligrosa violación del derecho internacional.
El ataque ocurrió después de que el brazo armado de Hamás disparara cohetes contra la ciudad israelí de Tel Aviv y otras zonas del centro de Israel, en respuesta a lo que llamaron masacres sionistas contra civiles. Las defensas aéreas israelíes interceptaron la mayoría de los cohetes y no se reportaron víctimas.
La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando comandos islamistas mataron a más de 1,170 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel. Los milicianos también secuestraron a 252 personas, de las cuales 121 permanecen secuestradas en Gaza, con 37 fallecidas.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una ofensiva en Gaza, que ha resultado en al menos 36,050 muertes, la mayoría de mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Actualmente, las fuerzas israelíes siguen combatiendo contra Hamás en el norte, centro y los alrededores de Rafah.
Después de siete meses de conflicto, Naciones Unidas ha advertido sobre una inminente hambruna en el territorio palestino, asediado por las fuerzas israelíes y donde la mayoría de los hospitales ya no están operativos.
La guerra y las muertes de civiles han generado una condena mundial contra Israel, incluyendo demandas ante tribunales internacionales en La Haya.
El martes, España, Irlanda y Noruega planean reconocer formalmente a Palestina como Estado, un paso que han dado más de 140 miembros de la ONU, pero pocas potencias occidentales.
Israel, acusando a los países de recompensar el terrorismo, ha anunciado medidas punitivas contra Madrid, ordenando a su consulado en Jerusalén dejar de ofrecer servicios consulares a los palestinos a partir del 1 de junio.
"Aquellos que premien a Hamás e intenten establecer un Estado terrorista palestino no tendrán contacto con los palestinos", señaló el canciller israelí, Israel Katz.
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