Papúa Nueva Guinea ha decidido suspender la búsqueda y recuperación de cuerpos después de una avalancha que golpeó un pueblo remoto en la provincia de Enga el 24 de mayo, según lo informado por la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
El administrador provincial de Enga, Sandis Tsaka, ha designado la zona del desastre como una fosa común y ha permitido que se utilicen los recursos disponibles para abordar los riesgos sanitarios y comenzar la rehabilitación de las infraestructuras y servicios públicos, según un comunicado emitido por la OIM hoy.
La declaración del Gobierno provincial se emitió justo antes de que expirara el plazo legal que permite a las autoridades realizar una misión de búsqueda y rescate durante 14 días.
Aunque el número exacto de personas enterradas es desconocido, tanto los equipos de la ONU como el Gobierno de Papúa Nueva Guinea, que inicialmente estimó en 2,000 los sepultados, coinciden en que alrededor de 670 personas quedaron enterradas por la avalancha.
Como resultado de esta medida, se considerará a las personas desaparecidas por la avalancha en Enga como desaparecidas, evidenciando los graves riesgos para la salud pública y la posibilidad de nuevos aludes, según se ha analizado por geólogos de Nueva Zelanda.
Ante este peligro, Tsaka ordenó la evacuación masiva de aproximadamente 8,000 habitantes de las áreas identificadas como de alto riesgo, como Yambali, Kundak, Pokalip y Yuyaung, hacia zonas más seguras con el apoyo de fuerzas armadas y otras entidades nacionales e internacionales, según el comunicado de la OIM.
Después de casi dos semanas de arduos trabajos limitados por las difíciles condiciones del terreno que impiden el uso de maquinaria pesada y aspectos culturales del país, solo se han recuperado once cadáveres, según la información de la OIM con equipos en el lugar.
En la madrugada del 24 de mayo, una gran masa de tierra y rocas, algunas del tamaño de un vehículo, sepultó varios edificios en la población de Yambali, en la montañosa provincia de Enga, mientras sus habitantes dormían.
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