En el año 2023, la cantidad de individuos ejecutados después de recibir la condena de muerte aumentó un 30% con respecto al año anterior, llegando a un total de 1,153 casos, una cifra nunca antes vista desde el 2015. Esta cifra no incluye a las miles de personas que, según Amnistía Internacional, habrían fallecido dentro del hermético sistema penitenciario chino.
Este aumento se atribuye principalmente al incremento de las ejecuciones en Oriente Próximo, especialmente en Irán, que acumula el 75% de las ejecuciones registradas en el año 2023. Los casos de ejecución en Irán aumentaron un 48%, mostrando una discriminación subyacente hacia grupos como los baluches.
Amnistía Internacional ha tenido conocimiento de al menos cinco ejecuciones de personas que eran menores de edad en el momento del delito, así como de 545 casos más relacionados con delitos que, según el Derecho Internacional, no pueden ser castigados con la pena de muerte en ningún caso, como por ejemplo delitos relacionados con drogas (56% del total), robo o espionaje.
Por otro lado, Arabia Saudí concentra el 15% de las ejecuciones totales, aunque el informe también señala retrocesos en países como Somalia, el África subsahariana y Estados Unidos, donde se llevaron a cabo 24 ejecuciones, seis más que en 2022.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, ha instado al presidente estadounidense, Joe Biden, a cumplir su promesa de abolir la pena de muerte a nivel federal, criticando el uso de métodos crueles como la asfixia por nitrógeno.
Secretismo
A pesar de esto, el análisis todavía carece de datos para tener una imagen más precisa de la situación de la pena de muerte a nivel global, ya que Amnistía Internacional no ha podido recopilar cifras sobre China, Corea del Norte y Vietnam, países que se cree que hacen un uso extensivo de este tipo de castigos.
Países como China, Corea del Norte y Vietnam han transmitido mensajes a sus ciudadanos indicando que ciertas actividades pueden ser castigadas con la pena de muerte, en algunos casos como medida disuasoria frente a actividades consideradas disidentes.
Países cada vez más aislados
El informe publicado recientemente muestra un incremento en el número total de condenas a muerte en todo el mundo, con un aumento del 20%, llegando a un total de 2,428 condenas. A pesar de esto, el número de países que llevan a cabo la pena capital disminuyó en el 2023, siendo un total de 16 países, la cifra más baja registrada por Amnistía.
Para Callamard, esto demuestra que "los países que continúan realizando ejecuciones están cada vez más aislados". "Nuestra campaña en contra de este castigo atroz está funcionando. Continuaremos hasta acabar con la pena de muerte", declaró en un comunicado.
Hasta el momento, 144 países han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica. Callamard ha pedido a la "pequeña minoría" que aún aplica este castigo que evolucione con los tiempos y elimine esta pena de una vez por todas.
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