Dos días y medio después del atentado que resultó en la muerte de al menos 137 personas en la sala de conciertos Crocus City Hall, a las afueras de Moscú, cuatro individuos presuntos responsables del ataque fueron puestos en prisión preventiva el domingo, 24 de marzo, luego de comparecer ante el tribunal de la capital. A pesar de que el grupo Estado Islámico se atribuyó el ataque, el gobierno de Moscú sigue sin mencionarlo directamente, prefiriendo culpar a Ucrania.
Imágenes de los presuntos sospechosos, publicadas por agencias rusas, muestran signos de violencia. Algunos presentan hematomas, heridas en la cabeza y uno incluso fue mutilado tras su detención. Estos hombres se enfrentan a cadena perpetua por terrorismo, mientras que algunos políticos rusos consideran levantar la moratoria sobre la pena de muerte.
El Kremlin se ha negado a comentar sobre la reivindicación del Estado Islámico, argumentando que la investigación está en curso. Ucrania rechazó cualquier implicación en el ataque, acusando a Putin de intentar culparlos. Por otro lado, autoridades estadounidenses advirtieron a Rusia sobre un posible ataque en Moscú a principios de marzo.
Balance de Víctimas al Alza
Se reporta que al menos 182 personas resultaron heridas en el atentado, con 101 de ellas aún hospitalizadas y 40 en estado crítico. Las labores de rescate continúan en busca de más víctimas entre los escombros del edificio incendiado por los atacantes.
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