Una forma diferente de saber lo que está pasando.

Secretos para alcanzar la felicidad

Desde 2013 las Naciones Unidas quieren destacar en ese día la importancia del bienestar y la felicidad en la humanidad y la necesidad de que los gobiernos tomen medidas en sus políticas para lograrlo.

Nada más nacer necesitamos a los demás "para cubrir las necesidades que nos hacen sentirnos felices como el alimento, el cuidado o el afecto", pero por naturaleza "nacemos con capacidades para sentirnos felices y también con capacidades para aprender a ser felices", explica a Efe la psicóloga clínica Lecina Fernández.

"Desde la psicología sabemos que cada persona identifica, asocia o define la felicidad dependiendo de sus creencias, de sus valores, de su cultura", comenta la también autora del libro "Ilusión positiva"dice.

Añade que: "la felicidad es algo que se siente, se piensa y se aprende, y nacemos con la capacidad de pensar, sentir y de aprender, por tanto, por naturaleza podemos aprender a ser felices".

Consejos prácticos

Los abrazos, comer helado o chocolate pueden hacernos felices en un segundo, pero merece la pena dedicar un poco más de tiempo a pensar, hacer y sentir.

Por ejemplo, preguntarse "qué es para ti la felicidad, qué te haría feliz, qué puedes hacer, qué puedes cambiar de ti mismo o de tu entorno para acercarte a esa felicidad". Después, pasar a la acción y, además, prestar atención "a lo bueno y no únicamente a lo malo", recalca Fernández.

Otra clave es "fomentar la ilusión positiva", que incluye elementos cognitivos, emocionales y comportamentales.

Ante situaciones que no provocan infelicidad, esta psicóloga recomienda "afrontar la situación con realismo, templanza, entereza y tolerancia", aceptando "nuestras fortalezas para afrontar la situación que vivimos"; "lo que nos decimos a nosotros mismos tiene mucho que ver con nuestra felicidad", enfatiza.

Trabajar la felicidad

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Infografía

La felicidad, al igual que el amor o la libertad, hay que trabajarla. (EFE)

"La felicidad, al igual que el amor o la libertad, hay que trabajarla. Y eso significa que hay que pensar en ella, hay que sembrarla, cultivarla, cuidarla, recoger los frutos, y al mismo tiempo aceptar los contratiempos y problemas que conlleva la siembra como el fracaso, la frustración, las pérdidas, las decepciones", afirma esta experta.

Y se trata de una tarea diaria: "en tiempo presente, cada día, cada instante sin prisa, pero sin pausa, con calma. La calma y la conexión con uno mismo y con nuestro entorno es importante para cuidar la felicidad".

Por otra parte, "bienestar y felicidad</strong

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