La anual gran peregrinación de los musulmanes comenzó este viernes en la ciudad saudita de La Meca y sus alrededores, con la llegada de fieles al campamento gigante de Mina, en el oeste del reino, bajo un calor sofocante.
La peregrinación, o hach, empieza con el rito del "tawaf", que consiste en dar vueltas alrededor de la Kaaba, la estructura cúbica negra hacia la que rezan los musulmanes de todo el mundo, situada en el corazón de la Gran Mezquita.
Los fieles se dirigen después a Mina, un valle rodeado de rocosas montañas a varios kilómetros de La Meca, donde pasarán la noche en carpas climatizadas.
"Debería de haber más espacio entre las camas, y la climatización no funciona muy bien (…) pero el hach es sinónimo de paciencia", dijo Intisham el Ahi, un pakistaní de 44 años.
En el exterior se han instalado nebulizadores y los guardias de seguridad rocían a los transeúntes con botellas de agua.
Se espera que el sábado sea un día de plegaria especialmente duro para los peregrinos en el monte Arafat. Según el portavoz del Ministerio de Salud saudita, Mohammed al Abdulali, el año pasado tuvieron que atender a más de 10.000 personas con trastornos vinculados al calor.
Con la guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás en marcha en la Franja de Gaza, muchos peregrinos dicen rezar por los habitantes del territorio palestino, bombardeado y asediado desde hace más de ocho meses.
La guerra estalló el 7 de octubre con un ataque sin precedentes de Hamás contra Israel, que mató a 1,194 personas, según un balance de la AFP en base a datos israelíes.
En la ciudad más santa del islam, la marroquí Zahra Benizahra, de 78 años, no puede contener las lágrimas al hablar de las "imágenes de la guerra, los desplazados, los niños muertos".
"Nuestros hermanos están muriendo, lo vemos con nuestros propios ojos", afirmó esta peregrina.
La monarquía saudita anunció esta semana que se iba a hacer cargo de la peregrinación de 1,000 familiares de las víctimas de la guerra en Gaza, llevando hasta 2,000 el número de palestinos que se benefician de esta iniciativa.
Pero también advirtió, a través del ministro encargado del hach, Tawfiq al Rabiah, que no permitirá ninguna manifestación política en la peregrinación, consagrada estrictamente al rezo.
El hach, consistente en una serie de ritos durante varios días en La Meca y sus alrededores, es uno de los cinco pilares del islam.
Si disponen de los medios, todos los musulmanes deben participar en él al menos una vez en su vida.
Algunos a veces esperan años para tener la oportunidad de emprender el viaje, dado que Arabia Saudita distribuye los permisos con un sistema de cuotas por países.
"La organización del hach es una fuente de legitimidad para Arabia Saudita, cuyo soberano ostenta el título de 'guardián de las dos santas mezquitas' en La Meca y Medina", se mencionó en el texto.
Después de catástrofes como la ocurrida en 2015, cuando 2,300 personas murieron en una estampida, las autoridades han mejorado los sistemas de gestión de multitudes y están ampliando la Gran Mezquita, una obra que debe de terminarse en 2025.
También han tomado numerosas medidas para ayudar a los peregrinos a aguantar el calor de este país desértico, que en los próximos días puede llegar a los 48 ºC.
Fuente: Diario Libre
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