En Tailandia, se han registrado temperaturas de hasta 44 grados en varias provincias, alcanzando los 50 grados en Bangkok. Como resultado de las altas temperaturas, Bangladesh ha decidido cerrar sus escuelas nuevamente para proteger a sus ciudadanos más vulnerables.
En el mercado Moonlight de Bangkok, la vendedora Nichapat se enfrenta a temperaturas extremas que están afectando su negocio y sus ingresos. Ella describe cómo el calor está arruinando sus productos y dificultando su trabajo diario.
Esta ola de calor no solo impacta a los vendedores como Nichapat, sino también a los ancianos con problemas de salud crónicos y a los trabajadores más pobres que no tienen acceso a aire acondicionado. En el campo, la sequía y el calor afectan a los agricultores, mientras que en las ciudades, el consumo de electricidad por el aire acondicionado aumenta las temperaturas exteriores.
En Bangladesh, la situación es aún más grave, con temperaturas extremas que han cobrado varias vidas y obligando al cierre de escuelas. Se insta a la población a permanecer en sus casas y tomar precauciones debido al calor insoportable.
Los expertos advierten que debido al calentamiento global y la urbanización, estas olas de calor aumentarán en intensidad y frecuencia en el futuro. Bangladesh también enfrenta otros desafíos climáticos, como ciclones e inundaciones más intensas y frecuentes.
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