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Incógnitas del caso Llenas Aybar

Hace 27 años, José Rafael Llenas Aybar, un niño de 12 años, desapareció en Piantini para luego ser hallado brutalmente apuñalado 34 veces en una cañada de Pedro Brand. Este crimen conmocionó al país entero, dejando una huella profunda en generaciones posteriores. Dos jóvenes, familiares del niño, fueron señalados como autores materiales, pero sus versiones incoherentes sembraron dudas sobre posibles encubrimientos y conexiones internacionales.

Las investigaciones revelaron vínculos entre los acusados y la familia de la embajadora argentina, Teresa Meccia de Palmas. Se implicó tráfico de drogas, malversación de fondos y rituales satánicos. A pesar de testimonios y evidencia, la inmunidad diplomática protegió a los Palmas Meccia, quienes abandonaron el país antes de ser cuestionados.

Los actuales condenados por este terrible crimen parecen ser chivos expiatorios. Según fuentes, el asesinato formó parte de un macabro ritual satánico liderado por Luis Ángel Palmas, esposo de la embajadora, quien junto a su hijo, Martín Palmas Meccía, estaría involucrado. Se alega que varias personas participaron en el ritual, infligiendo cada una de las 34 puñaladas mortales al niño. Los acusados carecían de motivos aparentes para el crimen, y la autopsia fue deliberadamente incompleta, omitiendo detalles cruciales como la succión de la yugular.

El poder económico y político de los implicados habría facilitado que los condenados asumieran la total responsabilidad, posiblemente mediante grandes sumas de dinero y compromisos futuros. Los padres del niño, gracias a su persistencia y estatus social, lograron llevar el caso a juicio, evitando que los acusados obtuvieran la libertad anticipadamente, a diferencia de otros casos de desapariciones de menores. Los Palmas Meccía fueron señalados gracias a la evidencia hallada cerca de su propiedad y su previa relación con los condenados. La fuga de los implicados se habría facilitado debido a su condición de diplomáticos acreditados por Argentina en República Dominicana, ya que inicialmente no se solicitó el levantamiento de su inmunidad diplomática para su arresto.

Hoy, 27 años después, aún persisten incógnitas: el motivo de este cruel asesinato, el paradero de los embajadores argentinos y las personas involucradas en estos ritos satánicos siguen siendo desconocidos.

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