El gobierno catalán informó hoy que Barcelona y su área metropolitana saldrán de la fase de emergencia por la sequía, permitiendo suavizar las restricciones al uso del agua debido a las recientes lluvias.
La portavoz del gobierno catalán, Patricia Plaja, explicó que el aumento de reservas ha permitido reducir las restricciones impuestas en los últimos tres meses. Destacó la influencia del avance en las infraestructuras hídricas, la reducción de los consumos y la llegada de lluvia como factores para salir de la emergencia.
Este anuncio se da pocos días antes de las elecciones regionales del domingo, donde el gobierno de Pere Aragonès ha sido criticado por su gestión de la sequía. Tras más de tres años de precipitaciones por debajo de lo habitual, las autoridades regionales declararon la emergencia por sequía en febrero.
En esta fase, el umbral de consumo de agua volverá a ser de 230 litros por persona y día, y la dotación para el riego agrícola se reducirá en un 40%. A pesar de las últimas lluvias que incrementaron el nivel de los embalses, la sequía grave aún persiste en la región.
Las autoridades mantienen los planes para instalar desalinizadoras móviles en la Costa Brava y una desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona. La sequía continúa siendo un problema, aunque se han tomado medidas para mitigar su impacto.
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