En un reconocido restaurante, el presidente Luis Abinader llegó acompañado de su esposa, Raquel, y varios ministros y funcionarios. La cena transcurrió en un ambiente relajado, con conversaciones serias intercaladas con bromas, y el presidente se mostró tranquilo debido a los resultados positivos de las encuestas electorales.
La cena se llevó a cabo en un restaurante exclusivo con una estrella Michelin, reservado solo para el presidente y sus invitados. Durante la velada, se trataron diversos temas pero uno en particular llamó la atención: la ayuda a las personas afectadas por las lluvias en el país.
Entre risas y charlas, los invitados disfrutaron de platos colombianos preparados por el chef Juan Manuel Barrientos. Las opiniones sobre el debate presidencial y otros temas de interés se discutieron de manera informal y fuera de grabación.
Después de una cena exquisita, el presidente se preparaba para recibir un premio de liderazgo en las Américas en la sede de la OEA. La noche concluyó con postres tropicales y la promesa de un día lleno de reuniones y trabajo al día siguiente.
En resumen, la cena fue un momento de distensión y camaradería entre el presidente y sus invitados, antes de enfrentar sus responsabilidades políticas y compromisos laborales en los días siguientes.
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