La princesa Yuriko de Japón, la persona más anciana de la familia imperial y actualmente delicada de salud, celebró su cumpleaños número 101 este martes, convirtiéndose en la persona de la familia real de Japón con mayor longevidad desde el inicio de la era Meiji en 1868.
La princesa Yuriko, viuda del príncipe Mikasa, no ha hecho apariciones públicas desde el día de Año Nuevo, ya que ha estado hospitalizada desde marzo debido a una neumonía por aspiración.
Su difunto esposo, con quien se casó en 1941, era hermano del emperador Hirohito y abuelo del actual emperador Naruhito, falleció a los 100 años en 2016.
Las mujeres de la familia imperial juegan un papel importante en funciones oficiales y apariciones públicas, a pesar de no tener derechos sucesorios. De los 17 miembros actuales de la familia imperial, 12 son mujeres.
Esto ha planteado un desafío sucesorio en un país con una ley sálica, donde actualmente solo tres miembros tienen derechos sucesorios: el príncipe heredero Akishino, su hijo el príncipe Hisahito, y el príncipe Hitachi.
El emperador Naruhito tiene una hija, la princesa Aiko.
El debate sobre el papel de las mujeres en la familia imperial ha resurgido en años recientes, y se han discutido posibles medidas al respecto. Una encuesta reciente mostró que el 90 % de los encuestados apoyaría la idea de tener una emperatriz reinante.
Los legisladores japoneses están discutiendo si las mujeres de la familia imperial deben conservar su estatus imperial después del matrimonio y si los descendientes varones de antiguas ramas imperiales deben tener ese estatus.
En una reunión reciente, el estatus de los maridos e hijos de las princesas casadas se convirtió en un punto de conflicto, ya que algunos están preocupados por las distintas leyes aplicadas dentro de la misma familia.
Conceder el estatus de miembro de la familia imperial a los esposos e hijos de las princesas permitiría la posibilidad de tener un emperador nacido de una rama femenina de la familia en el futuro, una idea que no todos apoyan.
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