El Gobierno finlandés ha anunciado la extensión indefinida del cierre total de su frontera con Rusia para evitar la llegada masiva de refugiados como una táctica de desestabilización por parte del Kremlin. La ministra finlandesa de Interior, Mari Rantanen, declaró que esta es una medida a largo plazo debido a la falta de cambios significativos en la situación durante la primavera. Con la mejora del clima, aumentan las posibilidades de que Rusia intensifique la presión migratoria en la frontera común, trasladando personas de manera instrumentalizada hacia Finlandia.
Además de los cruces fronterizos terrestres, Finlandia también cerrará el acceso marítimo a embarcaciones recreativas procedentes de Rusia en ciertos puertos. A partir del 15 de abril, solo se podrán solicitar asilos en pasos fronterizos marítimos más alejados o en los aeropuertos del país. El gobierno finlandés considera que la migración instrumentalizada es una herramienta de presión de Rusia que busca debilitar la seguridad y estabilidad social del país, por lo que están trabajando en un proyecto de ley para combatirla.
En noviembre pasado, Finlandia cerró gradualmente sus ocho puestos fronterizos debido a un aumento sospechoso de refugiados procedentes de Rusia, que el gobierno atribuyó a un "ataque híbrido" por parte de Moscú. La frontera terrestre entre ambos países permanece cerrada al tráfico de personas desde el 29 de noviembre.
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