martes, julio 1, 2025
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Editoriales

El suicidio no siempre está asociado a la depresión. Aunque es común pensar que una persona que quiere quitarse la vida está constantemente triste y deprimida, esto no siempre es así. Incluso personas que no muestran signos evidentes de depresión pueden cometer suicidio. Es importante no asumir que alguien aparentemente funcional pueda estar en peligro, ya que la desesperanza es un factor clave en estos casos.

Las investigaciones muestran que un porcentaje significativo de personas que se suicidan no cumplen con los criterios de depresión mayor. La desesperanza juega un papel importante, ya que las personas se ven impulsadas a tomar esta decisión cuando no ven una salida a su sufrimiento emocional. Es crucial ofrecer apoyo comprensivo y constante a quienes están atravesando momentos difíciles.

Cuando alguien está desesperanzado y sin deseos de vivir, es fundamental mostrar empatía y compasión. Escuchar sin juzgar, reconocer su dolor y brindar apoyo a largo plazo son acciones que pueden marcar la diferencia. Invitar a realizar actividades juntos y guiar a la persona a buscar ayuda profesional son también medidas importantes para prevenir el suicidio.

Ante la presencia de desesperanza, es crucial recordarle a la persona que su vida tiene valor y que existen recursos y ayuda disponibles para superar esos momentos difíciles. Ofrecer una mano amiga puede marcar la diferencia y ayudar a salvar una vida.

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