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Alertan sobre peligros mortales del ayuno intermitente

El ayuno intermitente es una práctica que consiste en limitar la ingesta de alimentos a una ventana de tiempo específica cada día, que puede variar entre 4 y 12 horas, dejando de comer el resto del día. La mayoría de las personas que siguen este régimen optan por comer en un período de 8 horas y ayunar durante 16 horas.

Un reciente estudio realizado con más de 20,000 adultos ha mostrado que aquellos que restringen su alimentación a menos de 8 horas diarias tienen un 91% más de probabilidades de fallecer a causa de una enfermedad cardiovascular en comparación con los que comen durante un intervalo de 12 a 16 horas al día.

Los hallazgos de esta investigación preliminar fueron presentados en las Sesiones Científicas 2024 sobre Estilo de Vida y Cardiometabolismo de Epidemiología y Prevención de la Asociación Americana del Corazón, evento anual que se lleva a cabo en Chicago durante esta semana para exponer los últimos descubrimientos relacionados con la salud y el bienestar.

Según Victor Wenze Zhong, líder de la investigación y jefe de epidemiología en la Escuela de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, China, la restricción de la alimentación a un corto período de tiempo como 8 horas al día ha ganado popularidad en años recientes como una estrategia para perder peso y mejorar la salud del corazón, aunque sus efectos a largo plazo aún no están claros.

Para indagar más a fondo, los investigadores llevaron a cabo un estudio con 20,000 adultos, analizando los patrones alimenticios de los participantes en las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) realizadas entre 2003 y 2018, y compararon estos datos con la información de fallecimientos en los Estados Unidos entre 2003 y 2019.

Los resultados revelaron que aquellos que seguían un horario de alimentación inferior a 8 horas al día tenían un riesgo un 91% mayor de morir por enfermedad cardiovascular, así como un mayor riesgo de muerte cardiovascular en quienes padecían afecciones cardíacas o cáncer.

En el caso de individuos con enfermedades cardiovasculares, una duración de la alimentación inferior a 10 horas diarias se asociaba con un 66% más de riesgo de fallecer por enfermedades cardiacas o ictus.

Contrariamente, restringir el tiempo de alimentación no redujo el riesgo general de mortalidad por cualquier causa, y comer durante más de 16 horas al día se vinculó con un menor riesgo de muerte en personas con cáncer.

Christopher D. Gardner, profesor de Medicina en la Universidad de Stanford (California), concluye que aunque la restricción horaria puede resultar beneficiosa a corto plazo, podría tener efectos adversos a largo plazo según este estudio.

Es esencial que, especialmente para pacientes con afecciones cardíacas o cáncer, se tenga presente la relación entre un intervalo de alimentación de 8 horas y un mayor riesgo de fallecimiento cardiovascular, y que las recomendaciones dietéticas sean personalizadas para cada individuo según los resultados obtenidos.

Detalles del estudio

El estudio involucró a aproximadamente 20,000 adultos con una edad promedio de 49 años, siendo mitad hombres y mitad mujeres, y con un seguimiento de entre 8 y 17 años. La mayoría de los participantes eran de raza blanca, seguidos por hispanos, negros y otras razas.

Los autores reconocen las limitaciones de la investigación, y sugieren complementarla en el futuro con datos sobre la calidad nutricional de las dietas, así como más información para comparar los datos demográficos y las características de los grupos sujetos a distintos intervalos de restricción alimentaria. Además, advierten sobre posibles errores u omisiones en la información dietética autodeclarada por los participantes.

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