La microbiota de nuestro intestino se coloniza en el primer año de vida, siendo la lactancia materna fundamental en este proceso. Esta comunidad compleja de microorganismos cumple funciones metabólicas e inmunológicas, y está influenciada por factores genéticos, estilo de vida y dieta. Es importante evitar el uso excesivo de antibióticos, ya que pueden eliminar bacterias beneficiosas. Las dietas altas en grasas o carbohidratos refinados pueden alterar la composición bacteriana, generando problemas de salud como diabetes, obesidad e enfermedades intestinales. Consumir alimentos fermentados, evitar el estrés y dormir lo suficiente son recomendaciones clave para mantener una microbiota intestinal saludable.
Cómo mantener una microbiota saludable
Probióticos, prebióticos y postbióticos son beneficiosos para la salud intestinal, con diferentes funciones. Los probióticos son bacterias vivas que benefician al huésped, presentes en alimentos como el yogur y el kéfir. Los prebióticos son fibras no digeribles que nutren a los microorganismos intestinales y se encuentran en frutas, verduras y leche materna. Los postbióticos son metabolitos de la fermentación bacteriana, como la vitamina B12 y K, que también contribuyen a la salud del huésped.
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