Cuando Omar Minaya trabajaba como asistente del gerente general de los Mets, conoció a A.J. Preller, un joven pasante de los Filis, quien posteriormente se convirtió en el gerente general de los Padres. La relación entre Minaya y Preller, basada en su pasión por los exploradores y sus raíces en Nueva York, fue fundamental en la reciente adquisición de Juan Soto por parte de los Yankees.
Antes de una serie de juegos entre los Yankees y los Padres, Minaya actuó como intermediario entre Preller y el gerente general de los Yankees, Brian Cashman, para facilitar la transacción de Soto a Nueva York. La relación previa entre Minaya y Preller allanó el camino para que las negociaciones tuvieran éxito, ya que los Yankees buscaban reforzar su plantel con talento joven.
Minaya explicó que la relación construida a lo largo de los años fue vital en el proceso de adquisición, destacando la importancia de las conexiones personales en el mundo del béisbol. La transacción final involucró a varios jugadores de ambas partes, destacando la importancia de la colaboración entre los equipos.
Esa búsqueda se inició durante las Reuniones de gerentes generales en Arizona, donde se discutieron los detalles del intercambio. Seis meses después, Soto ha demostrado ser un jugador determinante para los Yankees, quienes actualmente lideran su división y tienen la mira puesta en la postemporada.
Soto, por su parte, se ha adaptado rápidamente a su nuevo equipo y se siente feliz de jugar en el Bronx, reconociendo el apoyo de la comunidad dominicana presente en los juegos. Su impacto en el equipo ha sido notable y los fanáticos están entusiasmados con sus actuaciones en el terreno de juego.
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