Estados Unidos ha intensificado su confrontación educativa con China. El Departamento de Estado anunció que revocará visados de estudiantes chinos, especialmente aquellos con vínculos con el Partido Comunista o en áreas críticas, sin especificar cuáles. Esta decisión sigue a la prohibición de Harvard de admitir estudiantes extranjeros para el curso 2025-2026, tras protestas en su campus. Pekín ha condenado estas medidas, calificándolas de discriminatorias y perjudiciales para los derechos de los estudiantes chinos y los intercambios culturales. La portavoz de Exteriores, Mao Ning, criticó la politización de la educación por parte de EE. UU., afirmando que daña su imagen internacional.
Históricamente, la educación ha sido un puente entre ambos países, con muchos estudiantes chinos viendo en las universidades estadounidenses una oportunidad de crecimiento. Actualmente, hay cerca de 277,000 estudiantes chinos en EE. UU., una disminución desde los 370,000 en 2019, influenciada por la pandemia y tensiones bilaterales. Esta cifra representa el 25% de los estudiantes internacionales en EE. UU., y en Harvard, los chinos constituyen una quinta parte de los estudiantes extranjeros.
Las recientes políticas han generado controversia en China y han sido ampliamente discutidas en redes sociales y medios. Según el Global Times, estas acciones han reducido el interés de los estudiantes chinos por estudiar en EE. UU., un destino anteriormente prestigioso. Esto podría llevar a una reconfiguración del panorama educativo global, con estudiantes buscando oportunidades en otros lugares. Justin Yifu Lin, ex economista jefe del Banco Mundial, destacó la importancia de los intercambios educativos para mejorar las relaciones bilaterales.
Fuente: El Testigo
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