En 1994, Disney sorprendió al mundo con una propuesta que se alejaba radicalmente del estilo ligero y colorido que había caracterizado sus producciones animadas. “Gargoyles” irrumpió en la pantalla como una serie cargada de drama, violencia, fantasía y mitología, combinando influencias literarias y culturales en un relato épico.
Durante tres temporadas y 78 episodios, se convirtió en la primera producción animada de Disney que apostó por un tono serio, personajes complejos y arcos narrativos que respetaban la inteligencia del público.
Una historia marcada por la tragedia y la redención
La serie comienza en el año 994 en Escocia, donde un clan de gárgolas protege el castillo Wyvern. Estas criaturas, guerreras de noche y estatuas de día, sufren la traición de los humanos a quienes juraron defender.
La mayoría perece, y los sobrevivientes son condenados por un hechizo a dormir en piedra hasta que el castillo se eleve sobre las nubes.
Mil años después, el multimillonario David Xanatos traslada el castillo a un rascacielos en Manhattan, rompiendo el conjuro. Despertando en un mundo desconocido, Goliat y su clan deben adaptarse a la modernidad mientras luchan contra amenazas humanas y sobrenaturales, apoyados por Elisa Maza, una policía que se convierte en su aliada y amiga.

Respeto por la audiencia
Uno de los aspectos más destacados de “Gargoyles” fue su enfoque narrativo. A diferencia de otras series animadas de la época, no buscaba impartir lecciones morales explícitas ni subestimar a los espectadores.
Cada episodio ofrecía acción y reflexión, mostrando las consecuencias reales de la violencia, como el recordado momento en que un personaje resulta herido por un arma de fuego. La sangre en pantalla y el tratamiento maduro del tema sorprendieron a la audiencia y marcaron un precedente en la animación televisiva infantil.
Asimismo, aunque el elenco principal se limitaba a seis gárgolas, los guionistas dedicaron tiempo a desarrollar cada personalidad: Goliat como líder noble, Hudson como mentor, Brooklyn como el impulsivo, Lexington como el ingenioso, Broadway como el sensible y Bronx como el guardián leal.
A este grupo se sumaban personajes humanos como Elisa y villanos memorables como Demona y Xanatos, cuyas motivaciones trascendían la simple maldad. El llamado “Gambito de Xanatos” se convirtió en un concepto popular en la cultura pop para describir planes que benefician al villano incluso en la derrota.
Un detalle curioso es que gran parte del elenco de voces provenía de la franquicia Star Trek, incluyendo a Jonathan Frakes, Marina Sirtis y Nichelle Nichols. Keith David, con su imponente voz, dio vida a Goliat y cimentó gran parte del tono dramático de la serie.
La elección de estas voces dotó a los personajes de una profundidad que elevaba aún más la narrativa.

Un estilo único en Disney
La primera temporada, de 13 episodios, sentó las bases de los mitos del mundo en el que se desarrolla la serie y estableció su oscura narrativa. La segunda expandió la mitología a través de “La Gira Mundial de las Gárgolas”, llevando a los protagonistas a diferentes rincones del mundo y enfrentándolos a nuevos retos.
La calidad de la animación variaba entre episodios, especialmente en la extensa segunda temporada con más de 50 capítulos, pero nunca cayó lo suficiente para afectar la fuerza de la historia.
La atmósfera gótica y el tono shakesperiano marcaron una diferencia clara frente a producciones como “Adventures of the Gummi Bears”. La narrativa incorporó temas de Macbeth, Sueño de una noche de verano y Otelo, junto con referencias históricas y folclóricas que enriquecieron su trasfondo cultural.
De todas formas, la tercera, titulada “Gargoyles: Las Crónicas de Goliat”, se desarrolló sin el equipo creativo original y fue considerada por muchos fans como una secuela de menor calidad, aunque introdujo nuevas dinámicas al exponer al clan ante la mirada pública y a enemigos como los Quarrymen.

Influencia cultural y legado
“Gargoyles” no solo se ganó la admiración de la crítica, sino también una sólida base de seguidores. Fue comparada con “Batman: The Animated Series” y “X-Men”, logrando un lugar propio en la animación de los noventa. Su influencia se extendió a cómics, videojuegos y convenciones anuales de fans como “La Reunión de las Gárgolas” (1997-2009).
Greg Weisman, uno de sus principales creadores, continuó expandiendo el universo en cómics que retomaban la historia tras la segunda temporada, ignorando la controvertida tercera. Aun así, a lo largo de los años, se ha especulado con un remake.
En 2023 Disney+ anunció un reinicio en acción real producido por Atomic Monster, lo que reavivó las esperanzas de los fans. Sin embargo, alcanzar el equilibrio entre drama, mitología y calidad narrativa que definió la serie original es un desafío monumental.
“Gargoyles” fue mucho más que una serie animada: fue un experimento narrativo que combinó oscuridad, fantasía y humanidad en un formato pensado tanto para niños como para adultos.
Con personajes complejos, historias maduras y un legado que sigue vivo en la cultura pop, esta producción de Disney permanece como un hito único en la historia de la animación televisiva.
Su recuerdo no es solo una nostalgia noventera, sino una muestra de que la animación puede ser tan profunda y conmovedora como cualquier obra dramática.
Fuente: Diario Libre
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