En una ciudad conservadora de Texas, donde el aborto está prohibido, un grupo de vecinos está buscando impedir que sus autopistas sean utilizadas por mujeres que buscan acceder a este procedimiento en estados vecinos donde sí está permitido.
Esta prohibición de viaje para abortar ya existe en al menos diez jurisdicciones de este estado sureño de Estados Unidos, impulsada por el activista provida Mark Lee Dickson.
Dickson, quien se enorgullece de su celibato a los 38 años, estableció en 2019 la "Iniciativa Ciudades Santuario para el No Nacido".
Esta iniciativa tomó relevancia después de que la Corte Suprema estadounidense anulara en 2022 un fallo que durante casi cinco décadas permitió el aborto en todo el territorio, dejando a cada estado la libertad de legislar al respecto, y veinte estados optaron por prohibirlo o restringirlo.
El tema del aborto es importante en el contexto de las elecciones presidenciales de noviembre. El presidente demócrata Joe Biden, que busca la reelección, ha manifestado su intención de luchar por restablecer este derecho, mientras que su rival republicano, Donald Trump, aseguró que cada estado debe tomar la decisión.
Si bien las leyes de Texas no penalizan a las embarazadas por el procedimiento, sí castigan con cárcel a quienes facilitan el aborto.
Al saber que sus carreteras conectan con vías hacia Nuevo México, Colorado y Kansas, donde el aborto sigue siendo legal, los vecinos provida de la ciudad de Amarillo, con 200,000 habitantes, están solicitando a su municipio que permita a los residentes demandar civilmente a quienes transporten a mujeres que buscan interrumpir su embarazo a través de su jurisdicción.
– "Inaplicable" –
"No pueden abortar aquí, ni tomar una píldora abortiva, ni traer partes de bebé para desechar, ni usar nuestras autopistas interestatales en su camino a buscar un aborto. Quiero estar orgullosa de vivir en una ciudad donde santificamos la vida humana", dijo a la AFP Jana May, líder del movimiento Project Destiny Amarillo, que llevó el tema a debate.
"Texas es un estado republicano, y si por alguna razón se convierte en demócrata, de la noche a la mañana nos convertiríamos en un estado abortista. Pero si somos una ciudad santuario, eso todavía ofrece cierta protección", agregó.
Vecinos y autoridades de Amarillo discutieron el tema en una sesión del concejo el 28 de mayo. Aunque se declararon provida, el alcalde Cole Stanley indicó que estas prohibiciones son "inaplicables y podrían llevar a demandas contra el municipio por restringir el libre tránsito".
Pidió reformular la propuesta y debatirla durante junio. Si no hay consenso, podría ser sometida a votación ciudadana en noviembre.
Para Dickson, esta prohibición es necesaria porque "hay un no nacido que está siendo llevado en contra de su voluntad a través de las fronteras estatales para ser asesinado".
– "Propuesta aterradora" –
Vistiendo habitualmente una gorra invertida, un saco y zapatillas de color negro, Dickson ha involucrado a unos 70 pueblos, ciudades y condados en sus "santuarios". Muchos de ellos no superan los 500 habitantes y se encuentran principalmente en Texas, pero también en Luisiana, Nebraska e incluso en Nuevo México.
Según Harper Metcalf, de la Alianza para la Libertad Reproductiva de Amarillo (ARFA), prohibir los viajes es una propuesta "aterradora promovida por un grupo de extremistas religiosos" que busca crear "confusión y caos".
"La mayoría apoya el acceso seguro y legal al aborto", sostuvo.
En Texas, el aborto está prohibido incluso en casos de incesto y violación. Aunque existen excepciones, como cuando la vida de la madre está en peligro, el año pasado una veintena de mujeres denunció que sus médicos se negaron a realizarles un aborto -a pesar de su deterioro de salud- por miedo a ser encarcelados, argumentando la falta de claridad en las normas y algunas salieron de Texas para interrumpir su embarazo.
"Los extremistas quieren usar las autopistas como armas contra las personas que viajan en busca de un aborto, ya sea por elección o por necesidad médica", afirma Courtney Brown, de ARFA.
– "Prolibertad" –
Metcalf cree que la estrategia conservadora se dirige a "pueblos pequeños", con comunidades que sienten que están haciendo lo correcto al aprobar una "ordenanza provida". Sin embargo, "cuando las personas analizan y entienden realmente lo que es esto, no lo quieren".
A principios de mayo, los habitantes del pueblo rural de Clarendon rechazaron la propuesta, argumentando que sobrepasaba las leyes.
James, un jubilado de 73 años que lleva una gorra de Trump, tiene claro que "es provida pero también pro libertad (…) A nadie le gusta que la gente practique el aborto, pero cuando se establece una ordenanza que no se puede hacer cumplir y nos divide, para mí es un no", expresó este residente de Amarillo.
Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.
Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.