Después de someterse a exámenes en neurología, medicina interna y un electrocardiograma, la salud de Jorge Glass se ha estabilizado. Sus abogados confirmaron que ha sido trasladado nuevamente a su celda en La Roca.
Según Franklin Ramírez, de la Facultad Latinoamericana de Estudios Sociales, la salud de Glass ha estado deteriorándose, especialmente después de los eventos recientes. Se han observado signos de deterioro físico, pero no se ha confirmado un intento de suicidio. Glass toma diversas medicinas para problemas de salud, lo que ha provocado preocupación en su entorno.
Sus nuevos abogados extranjeros no han logrado comunicarse con Glass y lo consideran como "secuestrado por el gobierno ecuatoriano".
Por su parte, el expresidente Rafael Correa ha denunciado el maltrato sufrido por Glass durante su detención en la embajada de México y su traslado a Guayaquil. Mientras tanto, el presidente Noboa ha afirmado que intervino en la embajada para evitar una posible fuga de Glass.
Jorge Glass, ex vicepresidente durante el mandato de Rafael Correa, cumplió cinco de los ocho años de condena por corrupción antes de ser liberado en 2022. Ecuador considera que el asilo de Glass es ilegal y que está siendo procesado por un delito común.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha defendido su decisión de intervenir en la embajada mexicana argumentando la necesidad de evitar una posible fuga. Se ha pronunciado a favor de resolver diferencias con México, pero sin negociar la justicia.
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