Un tribunal federal de Florida otorgó una compensación de nueve millones de dólares a una jugadora de tenis después de acusar a la Asociación de Tenis de Estados Unidos de no protegerla de un entrenador que presuntamente abusó sexualmente de ella cuando era adolescente en uno de sus centros de entrenamiento.
La demanda, presentada por Kylie McKenzie en marzo de 2022, alega que Aníbal Aranda, quien fue empleado de la USTA durante siete años y posteriormente despedido, aprovechó su posición como entrenador para tener acceso a atletas femeninas vulnerables y cometer agresiones sexuales contra ellas.
"No podría estar más feliz con el resultado. Me siento validada", dijo McKenzie en un comunicado enviado por una de sus abogadas, Amy Judkins. "Fue muy difícil, pero ahora siento que valió la pena. Espero poder ser un ejemplo para que otras chicas hablen incluso cuando sea difícil".
La AP generalmente no revela la identidad de las víctimas de agresión sexual, pero McKenzie aceptó ser identificada en la cobertura de su demanda.
La demanda de McKenzie alega que la USTA fue negligente al no protegerla de agresiones sexuales y al mantener a Aranda como entrenador después de que agrediera sexualmente a una empleada de la USTA.
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