Desde junio de 2024, soldados kenianos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) en Haití patrullan áreas controladas por bandas armadas en Puerto Príncipe, enfrentando violencia y condiciones difíciles en medio de una crisis humanitaria. Un convoy de blindados avanza por Pétion-Ville, con soldados kenianos tensos y listos para patrullar cerca del aeropuerto Toussaint Louverture, aún bajo control de pandillas. Desde su llegada, los kenianos han estado en la primera línea, enfrentando la parte más peligrosa del conflicto. De los más de mil soldados kenianos desplegados, varios han sido víctimas de la violencia, con dos muertos y otros heridos en emboscadas.
Según Naciones Unidas, cerca del 90 % de la capital está bajo control de grupos armados, con más de 5,600 asesinatos en 2024 y más de un millón de desplazados. La policía nacional está desbordada y los recursos humanitarios se agotan. Los kenianos denuncian fallos internos en la misión, como condiciones de trabajo precarias, decisiones estratégicas erráticas y problemas en sus pagos. Un general de la policía, Douglas Kanja, confirmó que los agentes habían cobrado hasta finales de octubre, aunque la misión comenzó en junio de 2024.
Las críticas también se dirigen a la organización de la misión y al equipo militar, con blindados que se averían y falta de cobertura aérea. La misión multinacional, que incluye a Guatemala, El Salvador, Belice, Jamaica y Bahamas, no ha logrado frenar el crimen organizado. El portavoz de la misión, Jack Mbaka, reconoció que la mayoría de las unidades solo realizan tareas de "seguridad estática".
La crisis va más allá del ámbito militar, con la mitad del país enfrentando inseguridad alimentaria severa y solo el 37 % de los hospitales operativos. Médicos Sin Fronteras cerró dos centros de salud por inseguridad, y el principal hospital universitario en Mirebalais fue atacado por bandas armadas. El Gobierno interino, liderado por Fritz Alphonse Jean, anunció un presupuesto de guerra y el despliegue de la Brigada de Seguridad de Áreas Protegidas (BSAP), criticada por violaciones a los derechos humanos. Los soldados kenianos se sienten atrapados, expresando sus preocupaciones sin ver cambios.
Fuente: El Testigo
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