A dos meses y 18 días de la muerte del pequeño Rafael Castro Terrero, de apenas 5 años, el enigma que envuelve su fallecimiento sigue sin resolverse. Las autoridades del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) aún no han entregado a los padres los resultados de la autopsia realizada, situación que ha generado angustia e incertidumbre entre sus allegados.
La madre de Rafael, Yanersy Terrero, se quejó de la falta de información sobre las causas reales de la muerte de su hijo. A pesar de sus reiterados intentos por obtener respuestas; tanto llamando como visitando el Inacif, no ha logrado tener resultados del informe forense.
La tormenta para esta familia inició el pasado 28 de enero, con la desaparición misteriosa del menor, quien se encontraba en su residencia en el sector Las Casitas, en el Distrito Municipal San Luis, Santo Domingo Este. No fue hasta el 31 de enero cuando su cuerpo fue encontrado en un solar baldío cerca de su vivienda.
Yanersy Terrero se ha presentado también hasta la Fiscalía de Santo Domingo Este tratando de obtener detalles sobre la investigación en curso, pero hasta el momento no ha recibido ninguna información adicional.
Sostuvo que pese a la cantidad de cámaras que existen en los alrededores de la zona donde fue encontrado el cuerpo, las autoridades alegan que las mismas estaban no estaban funcionando.
"Nosotros vivimos una vida de amargura y de dolor, por causa de una persona injusta que le hizo daño a mi niño", expresó.
Dijo que a veces tiene la esperanza de que su hijo aparezca con vida y que toda esta situación sea una pesadilla de la cual en algún momento tendrá que despertar.
Teme por su vida
Después de la muerte de su hijo, Yanery se siente perseguida por una persona que reside cerca del sector donde vive. Ante esta situación, presentó una denuncia formal a través de la dotación policial correspondiente.
Señaló que cuando sale de su casa, esa persona, a la cual no quiso identificar por miedo a represalias, la sigue y le pregunta en repetidas ocasiones sobre los resultados de la autopsia realizada a Rafael.
Considera que ese individuo debe ser investigado por la muerte de su hijo, dada la insistencia en conocer los resultados que determinen la causa de su fallecimiento.
Expresó que teme por su vida y la de su familia, y desde que ocurrió el incidente, no ha encontrado paz.
Resumen del caso
El niño estaba cenando en su casa el 28 de enero cuando, misteriosamente, desapareció. Pese a que el padre se encontraba en la vivienda, no escuchó nada.
Según narraron los familiares del fallecido, la madre del menor había salido a comprar un medicamento ante la alta fiebre que tenía uno de sus cuatro vástagos. Cuando la mujer regresó, alrededor de 15 minutos después, encontró la puerta delantera abierta y el plato donde le sirvió la cena a su hijo en la mesa.
De acuerdo con la versión de Terrero, al cuestionar al padre del menor, el cual se encontraba acostado en la residencia, este le indicó que no escuchó nada y que para él, el infante estaba en el área de la sala. Justo en ese momento empezó la angustia para la familia, por lo que comenzaron a buscarlo junto a varios comunitarios del barrio.
Aseguran que el responsable pudo ser una persona cercana al sector, ya que nadie escuchó al niño gritando cuando presuntamente fue sacado de sus residencia.
No fue hasta el miércoles 31 de enero que las autoridades de la Dirección Central de Investigación (Dicrim) de la Policía Nacional, dieron la voz de alerta de que habían encontrado el cuerpo del menor.
"El que lo hizo fue una persona cercana a mí, cercana a nuestro entorno, porque si hubiese sido otra persona que se lo lleva y le hace lo que le hizo quizás si lo mata lo deja lejos de aquí, lejos de todo esto", fueron las palabras de Yanersy el día del velorio de su hijo.
Los familiares y la comunidad habían peinado la zona donde encontraron el cuerpo, por lo que entienden que el autor lo dejó ahí en horas de la madrugada.
Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.
Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.