El refuerzo de la frontera con Rusia, un vecino que ha dado señales de querer expandirse en el continente, es una tarea titánica emprendida por Lituania, Letonia y Estonia.
La línea de defensa incluye barreras físicas antitanques como los dientes de dragón, pero también incluye búnkeres subterráneos, minas terrestres y protección de las rutas de suministro.
Pocos habitantes de los países bálticos temen un ataque ruso inminente. Hoy, treinta y tres años después de la caída de la Unión Soviética y dos años y medio desde la invasión rusa en Ucrania, defender sus territorios se ha convertido en una prioridad.
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Fuente: Diario Libre
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