En Canarias, más de 57,000 personas protestan por los impactos negativos, tanto económicos como ambientales, de recibir más de 16 millones de turistas al año, casi tres veces más que Brasil. Carlos Guilarte, líder de la protesta y vocero de la Asamblea en Defensa de nuestra Tierra, denuncia que esta situación está empobreciendo a las Islas.
Guilarte afirma que aproximadamente el 80% de la riqueza generada por el turismo en Canarias se va fuera de las islas, lo que ha llevado a altos índices de pobreza, exclusión infantil y malnutrición en la región. Además, destaca que Canarias tiene una alta concentración de coches, lo que demuestra que el modelo turístico actual no beneficia a la población local.
Por otro lado, Marta Flores, coordinadora de Greenpeace Canarias, señala que el sistema turístico actual aumenta la desigualdad ambiental entre los turistas y la población local. Los turistas tienen acceso a una gran cantidad de agua en sus hoteles, mientras que muchos habitantes de las islas enfrentan escasez de agua.
Además, la contaminación generada por el turismo está afectando a las costas y los ecosistemas protegidos de Canarias. La falta de acceso a viviendas dignas y el incremento desmesurado de los precios de la vivienda vacacional también están afectando a los canarios, dificultando su capacidad de acceder a alojamientos decentes.
En Tenerife, un grupo de activistas de "Canarias se agota" iniciaron una huelga de hambre para detener la construcción de dos hoteles de lujo que violan las leyes ambientales. Tanto Carlos como los activistas de Greenpeace insisten en que el Gobierno de Canarias debe priorizar el bien común y la protección del ecosistema para garantizar un futuro sostenible para las Islas Canarias.
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