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Se encuentran letreros no autorizados en las vías de Santo Domingo

En infracción de la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, y motivados por intereses particulares, habitantes cometen con frecuencia el acto ilegal de colocar señalización frente a casas, comercios y otros establecimientos con escasas consecuencias legales.

Estas personas no acuden a las entidades oficiales que tienen la capacidad de autorizar la instalación de letreros en las vías, las cuales son el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestres (Intrant), las Alcaldías y la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestres (Digesett).

Cada letrero debe estar respaldado por un análisis de la movilidad en la zona, las necesidades de los residentes, su seguridad y las normas viales, sin embargo, es habitual encontrar en calles y avenidas una sobreabundancia de señales, especialmente de “No Estacionar”, muchas de las cuales no cuentan con la aprobación de las autoridades.

El artículo 158 de la Ley 63-17 establece que: “Las personas que coloquen letreros, carteles u otros medios publicitarios en las vías públicas sin la autorización del INTRANT o del ayuntamiento respectivo, serán castigadas con una multa de uno (1) a tres (3) salarios mínimos vigentes en el sector público centralizado”.

Ante esta problemática, la instructora y especialista en educación y seguridad vial, María Taveras Montero, considera que se debe actuar con más rigor para hacer cumplir la legislación.

“En primer lugar, se educa a fin de que las personas tomen conciencia y luego se fiscaliza, de esta forma se puede resolver el problema de tránsito, pero es necesario fomentar una cultura vial de respeto”, señaló.

Se plantea la necesidad de aumentar la fiscalización para prevenir que cualquier individuo pueda instalar un letrero en las vías públicas.

En algunos casos, para evitar congestiones, áreas cercanas a colegios, principalmente en sectores de nivel medio y alto, colocan letreros que restringen el estacionamiento en ciertas calles por una o dos horas en la mañana o tarde, la mayoría de ellos aprobados por las autoridades.

Además, algunas instituciones públicas han señalizado espacios como prueba piloto. Un ejemplo de esto es la intersección de la avenida San Martín con José Ortega y Gasett, donde se ubica el Centro Educativo Marillac, que cuenta con una elevada cantidad de señalética, la cual se planea replicar en otros sitios con condiciones similares.

Al preguntarle si se respeta la ley en cuanto a la señalización de las calles, la experta en educación vial expresó: “Tengo mis dudas, pero les daremos el beneficio de la duda, ya que se supone que cada letrero, aviso, valla o señal de tránsito debe contar con la aprobación de las autoridades competentes”, afirmó.

“Policías Acostados”

Otra violación a la Ley de Tránsito es la instalación de lomos de manera ilegal, conocidos como “policías acostados”, los cuales se colocan principalmente en los barrios para reducir la velocidad, especialmente de motociclistas.

En su mayoría son decisiones particulares de vecinos que, mediante cemento y varillas, los construyen. María Tavares lamenta que esto se haga sin autorización y, lo que es peor, sin contar con una señalética de advertencia para evitar accidentes.

Los lomos legales, construidos por el Ministerio de Obras Públicas y las alcaldías, responden a una necesidad específica.

Los conos también son usados de forma ilegal por comercios y casas que desean evitar que se estacionen frente a ellos. De esta manera delimitan áreas de las vías públicas como propiedad privada o colocan tanques amarillos de 55 galones que parecen estar llenos de concreto, junto con un letrero de “No estacionar”; incluso algunos se atreven a señalizar las aceras para estacionar vehículos, obligando a los peatones a transitar por las calles

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