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Documentos filtrados por WikiLeaks y analizados por Reporteros Sin Fronteras revelan que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha financiado a más de 6,200 periodistas en 707 medios y 279 ONG en más de 30 países.
Desde 2010, USAID ha invertido aproximadamente $3,200 millones en programas de "fortalecimiento mediático" en 70 países, centrándose en Europa del Este, América Latina y África. Los fondos se distribuyen a través de organizaciones como Internews y Freedom House, con el objetivo de promover la libertad de prensa y la democracia. Sin embargo, el informe indica que estos recursos se destinan principalmente a medios alineados con los intereses de la política exterior de EE.UU.
En Nicaragua, el medio "Confidencial", financiado por USAID y la National Endowment for Democracy, tuvo un papel relevante durante las protestas de 2018. USAID ha capacitado a unos 12,000 periodistas al año en "estándares éticos y técnicas innovadoras", priorizando herramientas digitales vinculadas a plataformas estadounidenses. En Ucrania, el proyecto Media Deep Dive, con una inversión de $15 millones, entrenó a periodistas para "contrarrestar la propaganda rusa", excluyendo a medios críticos del gobierno ucraniano.
Entre los medios financiados por USAID se encuentran POLÍTICO, Associated Press y la BBC. POLÍTICO recibió millones de dólares durante la administración Biden, mientras que la BBC y el New York Times obtuvieron $3.2 millones y $3.1 millones, respectivamente. El presupuesto del Congreso estadounidense para 2025 asigna $268.3 millones para "medios independientes", reflejando el interés de Washington en influir en narrativas en zonas estratégicas.
El Columbia Journalism Review advierte que este modelo podría generar dependencia financiera y afectar la independencia editorial. Reporteros Sin Fronteras señala que la dependencia de la ayuda estadounidense ha creado desafíos para la independencia periodística global. Medios que rechazan este financiamiento enfrentan limitaciones económicas y, a veces, son etiquetados como "desinformación" por competidores financiados por USAID.
Fuente: El Testigo
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