Las fuertes lluvias que han azotado a Centroamérica durante la última semana han causado al menos 21 muertos, desbordamiento de ríos y daños en carreteras. Los países más afectados son Guatemala, El Salvador y Honduras, según informaron instituciones de socorro este jueves.
En El Salvador, el país más golpeado, se reportan 13 muertos, incluida una niña que falleció tras quedar su vivienda sepultada por un deslizamiento en el distrito de Santo Tomás, en el sureste de San Salvador, confirmó Protección Civil.
Por su parte, en Guatemala, el número de víctimas fatales aumentó a siete con la muerte de una mujer y un niño en una aldea del municipio occidental de El Quetzal, cerca de la frontera con México. Ambos perdieron la vida cuando la camioneta en la que viajaban cayó por un precipicio después de un desprendimiento de tierra en un camino escarpado, informaron los Bomberos Voluntarios.
En Honduras, un anciano falleció al intentar cruzar un río, según la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
El temporal, causado por un sistema de baja presión en el Pacífico e influenciado indirectamente por la tormenta tropical Alberto, se espera que persista hasta el sábado, según el ministro salvadoreño de Medio Ambiente, Fernando López.
Las autoridades de los países afectados están evaluando los daños en infraestructura y en cultivos. En El Salvador, se registraron 173 deslizamientos de tierra y se han atendido 406 carreteras bloqueadas. Además, alrededor de 400 escuelas sufrieron daños en todo el país, según el ministro de Educación, Mauricio Pineda.
En Guatemala, las lluvias han dejado 1,752 damnificados en una semana, con la destrucción de un puente y daños en 149 tramos de carreteras. En Honduras, Copeco informó que unas 7,451 personas han sido afectadas o están damnificadas. En Nicaragua, también se han reportado daños en carreteras en el norte y viviendas inundadas, según el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).
Cada año, la temporada de lluvias provoca numerosas muertes y graves daños en la infraestructura de Centroamérica, una región altamente vulnerable al cambio climático.
Fuente: Diario Libre
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