En la Sierra de Manantlán, la lucha por la protección del medio ambiente y la tierra, así como por los derechos de las comunidades campesinas en México, ha tenido consecuencias violentas. Higinio Trinidad de la Cruz, opositor a la mina Peña Colorada en esta zona rural del oeste de México, fue desaparecido y asesinado en noviembre pasado. Celedonio Monroy Prudencio y José Santos Isaac Chávez también corrieron la misma suerte trágica al denunciar la tala ilegal, la minería ilegal y el control del territorio por parte de grupos de narcotráfico.
Las persecuciones a los críticos de la minería, la afectación a los recursos hídricos, la deforestación y la pobreza son algunos de los problemas que enfrenta la comunidad campesina ejido Nahua de Ayotitlán desde que la mina Peña Colorada amplió sus operaciones en 801 hectáreas de tierras comunitarias en 2012, generando controversias y divisiones entre la población local.
En 2020, Rogelio Rosales Ramos, de 17 años, fue asesinado luego de recibir amenazas por criticar las actividades mineras. Su padre, también llamado Rogelio, busca justicia y ha emprendido una gira por varios países europeos para denunciar los impactos de la minería legal e ilegal, exigiendo responsabilidades a ArcelorMittal y Ternium, gigantes de la producción de acero y propietarios del Consorcio Minero Benito Juárez Peña Colorada desde 2005. Ubicada en tierras que conectan los estados de Colima y Jalisco en el oeste de México, la mina Peña Colorada produce alrededor del 30% del hierro mexicano.
"Consideramos que [la minera] no está haciendo los pagos justos, y aunque lo estuviera haciendo, los daños que está causando son inmensurables", declaró Rogelio durante una reunión en París donde se encontró con representantes del banco BNPParibas que financia a ArcelorMittal. Anteriormente, Rogelio había denunciado los impactos de la explotación del acero a otro financiero de la empresa: el banco ING con sede en Amsterdam, Holanda.
Rogelio está llevando a cabo esta gira como parte de la campaña global de 15 ONG que forman la 'Fair Steel Coalition', la cual denuncia en un informe los impactos negativos de la producción de acero en varios países del Sur Global. La coalición señala problemas como acaparamiento de tierras, destrucción de ecosistemas, pérdida de medios de subsistencia, problemas de salud graves y desapariciones forzadas relacionadas con la extracción de hierro en países como Liberia, Sudáfrica, México y Brasil.
Para proteger a Rogelio y otras doce personas de la comunidad indígena Nahua de Ayotitlán, amenazadas por la violencia del crimen organizado en la región, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió medidas cautelares en marzo de 2024, según denunció el propio Rogelio.
Desastres ambientales
Además de la persecución a los defensores del territorio, la minería legal e ilegal en la Sierra de Manantlán deja graves impactos ambientales. Rogelio alerta sobre la devastación de áreas forestales, la contaminación del agua y la pérdida de este recurso vital para las comunidades cercanas.
Por su parte, Eduardo Mosqueda, abogado defensor de los derechos humanos que acompaña a Rogelio en su gira europea, denuncia la contradicción entre la alta producción de hierro de la zona y la gran pobreza en la que vive la comunidad.
Además, Eduardo Mosqueda cuestiona la responsabilidad de ArcelorMittal y Ternium en los abusos cometidos para la explotación de hierro en México durante la asamblea anual de accionistas de ArcelorMittal en Luxemburgo el 30 de abril.
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