martes, julio 1, 2025
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Editoriales

Violenta revuelta surge en prisión ecuatoriana de donde escapó 'Fito'

Un reciente episodio de disturbios en la Cárcel Regional de Guayaquil, en Ecuador, ha llamado la atención este miércoles. Este es el primer incidente de este tipo desde que el presidente Daniel Noboa logró controlar la crisis carcelaria a principios de año mediante la declaración de un "conflicto armado interno" y la consiguiente militarización de las cárceles.

Reportes en las redes sociales muestran un incendio en uno de los pabellones, aparentemente causado por la quema de colchones, mientras algunos reclusos protestan por el trato por parte de los militares en las cárceles.

Aunque el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) aún no ha confirmado oficialmente estos disturbios, la Agencia de Tránsito Municipal (ATM) de Guayaquil ha informado sobre el cierre de la vía que pasa frente a la prisión debido a la operación policial en curso en la zona.

La Cárcel Regional de Guayaquil ha sido uno de los centros penitenciarios más intervenidos por la Policía y las Fuerzas Armadas durante el estado de excepción decretado por el Gobierno. Incluso en esta cárcel fue donde el narcotraficante José Adolfo Macías Villamar (’Fito'), líder de la banda criminal Los Choneros, logró escapar a fines de diciembre.

Antes de la declaración del estado de excepción, Los Choneros tenían un control total dentro del recinto carcelario, donde imponían pagos a los presos por distintos privilegios, como la elección de su celda o la alimentación.

Este recinto forma parte de un complejo de cárceles en la provincia costera de Guayas, con unos 12,000 reclusos en total. La Cárcel Regional, oficialmente conocida como Centro de Rehabilitación Social Guayas Número 4, es la segunda cárcel más grande de Ecuador, después de la Penitenciaría del Litoral.

Estos disturbios ocurrieron a poco tiempo de que finalice la prórroga de 30 días del estado de excepción, destinado a combatir a las bandas del crimen organizado, ahora consideradas como grupos terroristas.

Las fuerzas militares han estado presentes en las cárceles para recuperar el control de los centros penitenciarios, donde las rivalidades entre las bandas criminales han provocado múltiples tragedias desde 2020, cobrándose la vida de más de 500 reclusos.

Organizaciones de derechos humanos han denunciado presuntas violaciones cometidas por las Fuerzas Armadas durante la militarización de las cárceles, aunque estos rechazan tales acusaciones al afirmar que su actuación se ajusta a la legalidad y al respeto de los derechos humanos.

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