martes, julio 1, 2025
spot_img
spot_img

Editoriales

Maltrato emocional: malas madres

No todas las madres son “buenas madres”, he tenido en consulta a varios hijos diciéndome que vivieron abandono, maltrato, abuso, y manipulación de parte de sus mamás, que eran unas narcisistas y vivieron un infierno.

En nuestra mente suena difícil, porque tenemos la idea de que todas las madres son amorosas, cuidadoras y tiernas, pero no siempre es así.

Aceptar que tu propia madre te hizo daño no es sencillo, duele mucho. Hay una parte de uno que la sigue justificando: “Hizo lo que pudo”, “estaba estresada”, “yo fui un niño difícil”.  

Pero ¿y si el maltrato emocional que viviste por parte de mamá fue real y simplemente nunca te atreviste a llamarlo por su nombre?

Muchos hijos aprendieron a callar para “no ser malos hijos”, a proteger la imagen de mamá aunque eso implicara traicionarse a sí mismos. Aprendimos que mamá es sagrada, que no se equivoca y que aunque sea maltrato, está bien, si viene de ella.

El síndrome de la mujer “inaccesible”: lo quiere todo, pero no ofrece nada

Aceptar la realidad

Pero negar la realidad de lo que has vivido solo perpetúa el ciclo. Porque al no reconocer que mamá te ha herido, no sanas, y ese dolor afecta tus relaciones, tu autoestima, en cómo crías a tus hijos.

Y sí, se puede amar a mamá y a la vez reconocer que te falló. No es una traición. Es un acto de honestidad contigo.

A veces, incluso con dolor, hay que tomar distancia. Porque si ella sigue hiriéndote, humillándote o manipulándote, necesitas poner límites. No se trata de dejar de amarla, de no ayudarla, sino de dejar de permitir que el daño continúe.

Hay una lealtad invisible que muchos hijos arrastran: la idea de que deben aguantar lo que sea “porque es mi madre”. Pero esa lealtad malentendida te hace cómplice del mismo dolor que te está destruyendo.

Se vale marcar distancia, aunque duela, como un acto de amor propio. Y también de amor hacia ella, porque le pones un alto al ciclo que tal vez ella misma repite desde sus propias heridas.

Aceptar la verdad no te hace mala hija/o, te hace madura/o. Es poder ver a tus padres como son, humanos, imperfectos, sin endiosarlos ni odiarlos. Perdonarlos y aceptarlos como son. Solamente si los ves con claridad, puedes tomar decisiones que cambien tu historia, para no repetirla.

Fuente: Diario Libre

Website |  + posts

Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.

Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.

RELACIONADAS