miércoles, junio 18, 2025
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Editoriales

¿Por qué se nos pega una canción?

A todos nos ha pasado alguna vez: se nos "pega" una canción que se reproduce una y otra vez en nuestra cabeza y no hay manera de sacarla. A veces ni siquiera nos gusta, pero ahí estamos tarareándola todo el día, como si la tuviéramos en “repetir”. 

Este fenómeno, conocido como “gusano musical” (earworm, en inglés), es tan común que ha sido estudiado en los campos de la psicología y la neurociencia cognitiva. Pero ¿por qué sucede?

Según diversas investigaciones, existen razones clave que explican por qué una canción se nos “instala” en el cerebro.

Estudios, como los de la doctora Victoria Williamson, investigadora del Goldsmiths College (Universidad de Londres), han identificado que las canciones que suelen convertirse en gusanos mentales suelen tener melodías simples y pegajosas, repetición rítmica y melódica, intervalos inusuales o llamativos, así como cambios de tono o tempo que las hacen destacar.

En otras palabras, hay canciones diseñadas, intencionalmente o no, para ser inolvidables. Buenos ejemplos de ello son temas como Bad Romance de Lady Gaga o Call Me Maybe de Carly Rae Jepsen.

Otro motivo por el que una canción se repite una y otra vez en nuestra cabeza tiene que ver con la frecuencia de exposición.

Si hemos escuchado un tema varias veces en poco tiempo, el cerebro lo asimila con más fuerza. Esto se conoce como efecto de recencia, un sesgo cognitivo que se refiere a nuestra tendencia a recordar mejor la información que se nos ha presentado más recientemente, incluso si no le prestamos atención. 

Cuando nuestro cerebro no está ocupado en una tarea concreta, entra en un estado automático en el que empieza a divagar, enlazar pensamientos, imaginar situaciones, revisar recuerdos o repetir mentalmente una canción pegajosa. No importa si la canción está en un idioma que ni siquiera entendemos.  

Memoria emocional

Los “gusanos musicales” también están vinculados a nuestra memoria emocional. Si una canción está relacionada con un momento importante, como una fiesta, un viaje o una ruptura, es más probable que reaparezca en nuestra mente sin previo aviso.

La música, al fin y al cabo, es un poderoso marcador emocional, y el cerebro tiende a recuperar recuerdos intensos de forma automática.

Aunque suene contradictorio, los investigadores han detectado que quienes experimentan estrés leve o ansiedad moderada son más propensos a tener gusanos musicales. El cerebro, en estos casos, puede utilizar la música como una forma inconsciente de autorregulación emocional.

Desde el punto de vista neurológico, cuando una canción se nos queda “pegada”, se activan regiones del cerebro involucradas en la memoria auditiva, como el córtex auditivo, el cerebelo y partes del córtex prefrontal. Es decir, el cerebro está literalmente reproduciendo una canción sin necesidad de que haya sonido externo.

¿Cómo sacarla

Aunque muchas veces los “gusanos musicales” desaparecen solos, hay algunas estrategias avaladas por estudios que pueden ayudarnos:

  • Escuchar la canción completa: a veces el cerebro solo quiere cerrar el “ciclo” de la melodía.
  • Cambiar el canal mental: leer, resolver un sudoku o hablar con alguien puede interrumpir el bucle.
  • Mascar chicle: hay estudios que muestran que masticar puede ayudar a reducir la repetición mental. Masticar activa partes del cuerpo y del cerebro que usamos al cantar o repetir algo en la cabeza, por eso puede ayudar a interrumpir la canción que no podemos dejar de pensar.
  • Reemplazar la canción: pensar o escuchar otra canción que también nos guste, pero que no sea tan pegajosa.

Las canciones se volvieron más simples y repetitivas, según estudio

Fuente: Diario Libre

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