jueves, septiembre 11, 2025
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Editoriales

Cuando el niño es visto como una mina de oro

Cuando un pelotero joven que recibió un buen dinero se mete en problemas dentro o fuera del terreno o no rinde a la altura de inmediato (en ocasiones con ligereza) se apunta al trabajo formativo que debió de hacer y no hizo la familia

En casi un cuarto de siglo cubriendo el tema e informaciones recogidas antes he visto sobrados ejemplos donde esa ecuación no funciona. De hecho, el aumento en el dinero que depositan los equipos en fichajes de “fenómenos” ha convertido la avaricia de muchos padres en grandes responsables del descarrilamiento de sus hijos.

Hoy día, los talentos más cotizados se comienzan a mercadear hasta con nueve años y los padres los subastan por miles de dólares. Es un primer cobro, puesto que, antes de la firma, llegan unos préstamos que pueden comprometer el grueso del dinero, una operación que ha  agrietado la relación familiar, puesto que el hijo se sintió abusado.

Conocí a un joven que debió recibir US$600 mil de un bono de firma del doble (la otra mitad fue al programa), pero cuando llegó el pago a su cuenta solo les quedaron US$40 mil. Su padre tomó un adelanto de US$200 mil dos años antes (de un prestamista) y los intereses se tragaron US$360 mil en 22 meses.

  • Ha habido hasta demandas en los tribunales de hijos contra padres y madres alegando mal uso de sus recursos. No siempre la familia es el mejor aliado. Puede ser todo lo contrario.

Jovanny Montero, doctor en psicología deportiva y con vasto recorrido en el mundo del béisbol, lo describe simple en una entrevista con Diario Libre. Una vez firma, ese niño pasa de ser un dependiente a un suplidor en la casa. Sin tener la madurez, su estatus de suministrador de las finanzas en el hogar le da una autoridad para tomar decisiones para lo que no, necesariamente, está preparado.

Todo comienza muy temprano

De acuerdo a una nota de ESPN de 2019, los padres de Wander Franco recibieron 30 mil dólares cuando lo entregaron al fenecido entrenador Rudy Santín, cuando el pelotero tenía 12 años. La operación se produjo en 2013 como el precio para ceder 50 % del bono de firma, que resultó en US$3,825,000 en 2017 pagados por los Tampa Bay Rays

En 2023 conocimos de un caso de un padre que cedió los derechos de su hijo de 10 años por 800 mil dólares para una firma que se produciría en 2029.

Un niño no está para resolver los problemas de liquidez de una familia. Cuando se le asigna esa responsabilidad, sin la lógica madurez para ello, la operación tiene altas posibilidades de resultar accidentada.

Fuente: Diario Libre

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