martes, julio 1, 2025
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Editoriales

La falta de sentido de legislaciones que distribuyen recursos del presupuesto de un país

En el ejercicio fiscal de 2024, cumplir con todas las leyes que asignan fondos con cargo al Presupuesto General del Estado requeriría destinar aproximadamente 898,537.7 millones de pesos o un 12.1% del PIB. Sin embargo, la asignación actual, que es la mitad de ese monto, demuestra lo poco realista de estas leyes para las finanzas públicas.

De cumplirse, esta asignación representaría el 63.3% del total de gastos del Gobierno Central este año y el 75.7% de los ingresos, según datos del economista Nelson Suárez, exsubdirector de la Dirección General de Presupuesto (Digepres). También equivaldría al 76.5% de los ingresos corrientes y al 85.3% de los ingresos tributarios.

La Digepres identifica 29 leyes que condicionan el uso de fondos públicos, siendo las cuatro principales el 4% del PIB para la educación preuniversitaria, el 10% para los ayuntamientos, el 1.2% del PIB para el Banco Central y los fondos para imprevistos y calamidad de la Presidencia, que en conjunto suman 591,321.1 millones de pesos.

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Infografía

¿Por qué se fijaron

Desde la época post-trujillista, se han aprobado leyes de asignación de fondos. En 1997, durante el gobierno de Leonel Fernández, se establecieron leyes para destinar un porcentaje de los ingresos internos a los ayuntamientos y a la educación. Luego, en el 2000, bajo Hipólito Mejía, se amplió la asignación, pero el incumplimiento de estas leyes ha sido constante en la administración central.

"El hecho de que tenga que suspenderse cada año la asignación fijada por ley, es claro de que no se corresponden con una buena planificación y presupuestación pública"
José Rijo Presbot
Titular de la Dirección General de Presupuesto

“Populismo legislativo”

Según José Rijo Presbot, las leyes de asignación de fondos son poco realistas y pueden considerarse como "populismo legislativo". Suárez también concuerda en que la mayoría de estas leyes no han sido analizadas ni valoradas adecuadamente en términos de impacto financiero.

Es necesario revisar y modificar estas leyes para evitar la rigidez en el presupuesto nacional y permitir una gestión más flexible de los fondos públicos. Sin embargo, la falta de acción de los últimos gobiernos ha contribuido a mantener esta situación.

Necesidad de revisión

Suárez comenta que las opiniones que atribuyen la rigidez del presupuesto nacional a la situación creada por las tantas leyes que disponen la asignación de porcentajes, montos específicos o proporciones del presupuesto nacional son ciertas en la medida en que se recomienda tener la menor cantidad de fondos presupuestarios con destino específico para contar con mayor flexibilidad en la gestión del presupuesto.

“Pero, en el caso que se analiza -dice-, lo cierto es que, con excepción del 4 % del PIB a la educación preuniversitaria que desde 2013 empezó a cumplirse, el 98 % de esas disposiciones no se cumplen en país, por lo cual esa no es la causa de la rigidez del presupuesto”.

Considera que desde hace tiempo se debió revisar, adecuar, modificar o derogar todas las leyes de preasignación de fondos, “pero ninguno de los últimos siete gobiernos” han tenido la determinación de “ordenar seriamente” las finanzas públicas.

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