Los tres hermanitos que fueron asesinados la semana pasada por su padrastro en Georgia, Estados Unidos, fueron sepultados esta tarde en el cementerio municipal de Baitoa, Santiago, en medio de gran conmoción y llantos de familiares y amigos.
Una multitud condujo los féretros hasta el cementerio, portando globos blancos y cantando canciones, para dar el último adiós a los hermanos, cuya trágica muerte ha conmovido al país y a la comunidad donde vivían en Estados Unidos.
Los niños fueron velados en la capilla A de la funeraria de Inavi, en el sector La Cruz de Mari López, donde familiares se reunieron para despedir a los menores. Algunos optaron por no hablar con los medios.
El abuelo de la víctima de 13 años expresó la tristeza de las familias afectadas, diciendo: "Estamos muy dolidos, porque él no mató a tres niños, él mató a tres familias completas, muy dolidos".
Los restos de los hermanitos llegaron al país y los funerales se llevaron a cabo luego de gestiones realizadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Se espera que los restos del agresor también sean repatriados para su sepultura.
Uno de los agente de tránsito de Digesett, Shayan Rodríguez, es padre de una de las víctimas y expresó su dolor por la pérdida de su hija, diciendo que uno no está acostumbrado a vivir este tipo de tragedias.
El trágico suceso ocurrió el pasado miércoles 8 de mayo, cuando las autoridades de Georgia encontraron a los tres hermanos muertos por heridas de bala en un automóvil, junto al cadáver del responsable de los hechos, identificado como José Ramón Plascencia, pareja de la madre de los niños.
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