Puerto Rico continúa siendo un Estado Libre Asociado de Estados Unidos, tras haber sido cedido por España hace 125 años. Esta situación colonial es un tema de debate político en la isla, especialmente en un año electoral como el 2024.
El 11 de abril de 1899 entró en vigencia el Tratado de París, el cual puso fin a la guerra hispano-estadounidense y resultó en la pérdida de Puerto Rico, Cuba, Filipinas y Guam por parte de España.
Según el historiador español Manuel Minero, la isla de Puerto Rico se destacó en el siglo XIX por su capacidad de ser autosuficiente, gracias a la diversidad de cultivos en minifundios y a las grandes haciendas azucareras.
Desde el punto de vista estratégico-militar, la expansión de Estados Unidos hacia la Costa Oeste fortaleció el interés por controlar el istmo de Panamá y extenderse en el Mar Caribe, según el historiador.
El destino de las antiguas colonias españolas
Tras la firma del Tratado de París, cada una de las antiguas colonias españolas siguió un camino distinto. Mientras Cuba y Filipinas lograron su independencia de Estados Unidos en 1902 y 1946, respectivamente, Puerto Rico y Guam continúan siendo territorios no incorporados.
Minero destaca que la posición estratégica entre el Atlántico y el Caribe fue determinante para que Puerto Rico permaneciera bajo soberanía estadounidense, especialmente durante las guerras mundiales y la Guerra Fría.
"Puerto Rico adquirió cierto protagonismo como base aérea y naval de Estados Unidos, convirtiéndose en un ejemplo de desarrollo capitalista en el Caribe", añadió el historiador.
A pesar de todo, Minero considera que Puerto Rico, Cuba, Guam y Filipinas comparten un destino marcado por la defensa de su herencia cultural y su relación con Estados Unidos, cada uno con diferentes grados de éxito.
En 1898, las tropas estadounidenses iniciaron una ofensiva en Puerto Rico, tomando el control de la isla. En un principio, el gobierno militar estadounidense tuvo que adaptarse a la política social y económica de la isla, que se vio afectada por desastres naturales y la depreciación de su moneda frente al dólar.
En 1917, Estados Unidos otorgó la ciudadanía a los puertorriqueños y en 1952 se estableció el Estado Libre Asociado, un estatus que se mantiene hasta hoy.
El debate sobre el estatus político
Puerto Rico cuenta con cierto nivel de autonomía, pero áreas como defensa, fronteras, moneda y relaciones diplomáticas siguen bajo el control de Estados Unidos.
Los intentos por llevar a cabo un referéndum vinculante que permita a Puerto Rico elegir entre la anexión como estado, la independencia o la libre asociación soberana aún no han tenido éxito.
Este tema se ha convertido en un punto de fricción de cara a las elecciones, incluso dentro del Partido Nuevo Progresista, que aboga por la anexión. El gobernador Pedro Pierluisi ha expresado que no es el momento para convocar una consulta local sobre el estatus, y que se debe buscar el apoyo de los republicanos para aprobar el referéndum.
Este tema seguramente será central en las campañas políticas, incluyendo al Partido Popular Democrático, que defiende el actual estatus político, y a otras formaciones que abogan por la independencia o una mayor soberanía.
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