El Estado dominicano ha expandido su presencia en el extranjero en los últimos años a través de la apertura de oficinas fuera del servicio diplomático, con el propósito de brindar atención a la diáspora. Sin embargo, en la mayoría de los casos estas oficinas duplican las funciones de embajadas y consulados.
Desde el inicio del gobierno del presidente Luis Abinader, varias entidades públicas han inaugurado extensiones en el exterior bajo el argumento de acercarse más a la diáspora, a pesar de que sus servicios no son esenciales para esta comunidad. Esta práctica va en contra de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, la cual establece que solo se pueden establecer oficinas consulares con el consentimiento previo del Estado receptor.
Las misiones diplomáticas representan al Estado acreditante ante el Estado receptor y protegen sus intereses y los de sus nacionales. Sin embargo, las oficinas en el exterior no pueden operar de forma independiente y deben estar directamente vinculadas a la embajada correspondiente.
Fuente: Diario Libre
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