En el caso denominado Operación Calamar, cinco abogados han aumentado de manera significativa su patrimonio en un corto período de tiempo en el año 2020. Utilizando prácticas fraudulentas como la falsificación de documentos públicos y privados, así como el lavado de activos, según lo detalla el expediente acusatorio del mayor caso de corrupción investigado en los últimos cuatro años.
Destaca el hecho de que los hermanos Ana Linda y Emir José Fernández obtuvieron ganancias ilícitas de 1,500 millones de pesos y sobornaron a funcionarios gubernamentales con una cantidad similar, según la documentación judicial.
Uno de los abogados imputados, Ángel Lockward Mella, admitió su responsabilidad en el desfalco al Estado y colabora con el Ministerio Público al devolver de manera voluntaria 220 millones de pesos producto de la defraudación del erario entre diciembre del año pasado y marzo de este 2024, como señala la acusación presentada por la Procuraduría Especializada de Persecución a la Corrupción Administrativa (Pepca).
El expediente detalla que se realizaron pagos fraudulentos entre el 27 de enero y el 23 de julio de 2020, provenientes del Consejo Estatal del Azúcar y de la Dirección General de Bienes Nacionales, autorizados por Ángel Donald Guerrero Ortiz y Daniel Omar de Jesús Caamaño Santana, y con la participación activa de otros miembros de la estructura criminal de corrupción.
En cuanto a la cantidad de inmuebles y cuentas, Juan Tomas Polanco Céspedes posee 23 propiedades inmobiliarias y tiene retenidos casi 20 millones de pesos en una entidad financiera. Se le atribuye una estafa de aproximadamente 50 millones de pesos y trabajaba asociado con Lockward Mella.
Otro de los abogados implicados, Aldo Antonio Gerbasi Fernández, asistió a los demás imputados facilitando medios para la comisión de los delitos, como el pago fraudulento de expropiaciones. Posee 10.2 millones en el mercado financiero, los cuales fueron convertidos en instrumentos financieros para dar apariencia de legalidad a los activos ilícitamente generados.
En el caso de los hermanos Fernández, llevaron a cabo maniobras fraudulentas para hacerse pasar como legítimos herederos de un terreno valuado en más de 4,700 millones de pesos, autorizados a pagar por el exministro de Hacienda, Donald Guerrero, a pesar de estar bajo investigación y con medidas de coerción por falsificación de documentos.
Estos son solo algunos de los detalles del caso, que ha involucrado a diversos funcionarios y abogados en un entramado de corrupción que ha impactado al país.
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