No basta con tener una buena base o un colorete favorecedor: si la aplicación no es la adecuada, todo el trabajo puede deslucirse. Por eso, elegir correctamente la brocha de maquillaje puede marcar la diferencia entre un maquillaje impecable y otro que no alcanza el efecto deseado.
Hoy en día, cuando las rutinas tienden a simplificarse y se apuesta por una estética más natural, entender las funciones de cada brocha, sus materiales y formas, es clave para optimizar el tiempo frente al espejo y conseguir un acabado de nivel profesional sin complicaciones.
1. El primer paso: una brocha que difumine con facilidad

Quienes se inician en el uso de brochas a menudo lo hacen con cierta inseguridad. Frente a los dedos o las esponjas tradicionales, las brochas pueden parecer herramientas de expertos. Sin embargo, las marcas líderes insisten en que lo importante es dar con la adecuada.
Si aplicar el maquillaje con los dedos o con esponjas puede contribuir a ensuciar la piel o generar un efecto parcheado, elegir una brocha para la base es la primera tarea para aquellos que quieren iniciarse.
Desde Real Techniques, firma líder a nivel mundial en brochas, aconsejan optar por modelos que sirvan para bases líquidas y en crema.
Un punto esencial para comenzar, según aconsejan desde la firma, es optar por modelos que difuminen el producto sin mucho esfuerzo, recomendando modelos que se asemejen en forma y estructura, "versátil y fácil de usar, incluso para principiantes", explican a EFE.
Este tipo de brochas, de pelo compacto y forma ligeramente redondeada, permiten entender cómo el pelo sintético, el corte de la brocha y su densidad influyen en el resultado. Con ella se gana confianza, se ahorra producto y se mejora visiblemente la aplicación.
2. El auge de la multifunción: menos es más

Si hace años los neceseres de los maquilladores expertos aglutinaban muchas brochas diferentes, la actualidad mira hacia modelos que trabajen varias texturas. “Una herramienta multitarea es perfecta para esta tendencia”, afirman desde Real Techniques sobre escoger herramientas concebidas para aplicarse en coloretes o polvos.
Esta versatilidad no sólo responde a una cuestión práctica: también refleja el cambio de mentalidad del consumidor actual, que prioriza la funcionalidad, la sostenibilidad y la inversión consciente frente al consumo desmedido de productos.
El tipo de brocha utilizada influye directamente en la apariencia del maquillaje. “Una brocha inadecuada puede causar rayas, manchas o un difuminado desigual”, advierten.
Muchas veces un fondo de maquillaje de alta gama no cumple expectativas simplemente porque se ha aplicado con un pincel no adecuado para su textura o cobertura.
Las brochas bien diseñadas, con cerdas sintéticas suaves y resistentes, permiten recoger y distribuir el producto de forma uniforme.
Esto se traduce en un acabado natural, sin marcas visibles. Además, reducen el desperdicio de producto y facilitan su aplicación, incluso en zonas más delicadas como las aletas de la nariz o el contorno de los ojos.
3. Las esenciales: el trío imprescindible

Aunque la variedad de brochas en el mercado puede resultar abrumadora, los expertos coinciden en que no hace falta tener una colección extensa. Con dos o tres herramientas clave, se puede cubrir una rutina básica con garantías. Desde Real Techniques destacan tres modelos imprescindibles.
Una brocha para la base, una para el iluminador y los polvos de sellado o correctores de precisión y una “multi-task”, ideal para llevar en el neceser y reaplicar o retocar el maquillaje.
Una de las últimas incorporaciones al mundo de las herramientas de maquillaje llega de la mano de It Cosmetics, que rescatando una tendencia al alza en redes sociales, la de las espátulas para la aplicación de maquillaje de forma más uniforme, ha creado una brocha específica que combina la forma de la espátula con cerdas suaves.
"Su diseño permite una aplicación más rápida, sin dejar marcas", explican desde la firma. Además, transforma el resultado de cualquier CC+ Cream en una cobertura imperceptible, perfecta para quienes buscan un efecto "piel de cristal": uniforme, radiante y con un brillo saludable, sin sensación de exceso de producto.
Diseñada para imitar el efecto de una espátula de maquillaje profesional, esta brocha cuenta con un diseño plano y ancho, y con cerdas finas y suaves. Su principal logro es permitir una cobertura modulable, de transparente a media, con un "efecto segunda piel", suavizando poros, líneas de expresión e imperfecciones.
4. El mantenimiento: cómo y cuándo limpiar las brochas.

Invertir en una buena brocha exige también cuidar su limpieza. El uso diario acumula residuos de maquillaje, aceites naturales de la piel y bacterias, que pueden derivar en brotes de acné o pérdida de eficacia en la aplicación.
Desde It Cosmetics recomiendan utilizar un limpiador específico, al menos una vez por semana. El procedimiento es sencillo:
- Aplicar una pequeña cantidad del gel sobre la palma.
- Frotar suavemente la brocha con movimientos circulares, enjuagando con agua tibia.
- Repetir el proceso hasta que el agua salga limpia.
- Dejar secar la brocha en posición horizontal, evitando que el agua penetre en la base de las cerdas para no deteriorar el pegamento ni la estructura.
La constancia en la limpieza no solo alarga la vida útil de la brocha, sino que también asegura que los productos se comporten tal como fueron formulados.
5. Técnica y herramienta van de la mano
Dominar la técnica del maquillaje empieza por conocer las herramientas adecuadas. En este proceso, la brocha deja de ser un mero instrumento y se convierte en un aliado que traduce la fórmula del producto en un resultado estético deseado.
Elegirla bien, usarla con conocimiento y mantenerla en buen estado permite simplificar la rutina, ahorrar producto y mejorar el acabado general. En el maquillaje, como en cualquier otra disciplina creativa, la herramienta correcta es la mitad del trabajo. La otra mitad, es saber cómo utilizarla.
Fuente: Diario Libre
Somos EL TESTIGO. Una forma diferente de saber lo que está pasando. Somos noticias, realidades, y todo lo que ocurre entre ambos.
Todo lo vemos, por eso vinimos aquí para contarlo.