En la COP29 del próximo mes de diciembre, los gobiernos deben acordar un nuevo objetivo de ayuda financiera para los países del Sur. Esta ayuda se destinará a su transición energética y a su adaptación al cambio climático. Este es el tema principal de la reunión de Bonn.
Estos países más pobres son los más susceptibles al cambio climático. A pesar de ser los menos responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, esperan promesas creíbles de ayuda de los países ricos, mucho más allá de la actual meta de 100.000 millones de dólares, difícil de alcanzar.
La situación sigue siendo delicada. Estados Unidos y la Unión Europea muestran resistencia a contribuir, buscando que también China y los países productores de petróleo del Golfo, considerados desarrollados, aporten fondos.
Una prueba crucial para el Presidente de Azerbaiyán
También será una oportunidad para evaluar a Muktar Babayev, el Presidente azerbaiyano de la próxima COP, y medir su peso diplomático en la resolución de asuntos delicados. Algunos observadores se preocupan por posibles restricciones a la sociedad civil en un país productor de petróleo.
Otro punto relevante: la ONU insta a todos los países a presentar planes ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero antes del próximo año. Esta es una tarea enorme que involucra a todos los sectores de la economía y aún está pendiente. Sin embargo, es esencial para garantizar la habitabilidad del planeta en décadas futuras.
La difícil situación de los niños frente al cambio climático, en discusión en Bonn
Por primera vez, en esta conferencia de Bonn se llevará a cabo una reunión específica para abordar los fondos específicos para el clima destinados a las necesidades de los niños. Después de todo, son los niños los más afectados desproporcionadamente por la emergencia climática.
El número de niños que sufren hambre aguda debido a fenómenos climáticos extremos se ha más que duplicado en los últimos cinco años. Estas alarmantes cifras provienen de un estudio de la ONG Save the Children publicado el lunes. En los 18 países donde sequías, ciclones e inundaciones han tenido el mayor impacto en términos de inseguridad alimentaria, 33 millones de niños padecen hambre, en comparación con los 13 millones de 2018.
“El hambre puede conducir a la desnutrición y afectar el desarrollo mental y físico de los niños. Además, los propios fenómenos climáticos también impactan a los niños, cerrando escuelas y desplazando a muchos de ellos debido a inundaciones y otros desastres naturales”, explica Emily Wight, portavoz de Save the Children.
A pesar de la alta vulnerabilidad de los niños ante la emergencia climática, solo el 2,4% de los fondos globales destinados al clima se destinan a ellos.
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