Es notable el incremento de consumo de bebidas sin alcohol, entre ellos la cerveza, que se produce con un nivel tan cercano al cero por ciento, que se considera libre de alcohol.
El consumo de cerveza sin alcohol en el entorno laboral plantea un debate que combina normas internas, percepción social y ética profesional.
Aunque este tipo de bebidas no contiene alcohol, su presentación es casi idéntica a la de la cerveza tradicional. Eso puede generar confusión entre compañeros, clientes o superiores, que podrían interpretar que se está consumiendo alcohol durante la jornada.
Especialistas en recursos humanos señalan que la imagen que proyecta un trabajador es parte de su desempeño. Por eso, aun sin efectos físicos, la bebida puede resultar poco apropiada en contextos formales o frente a terceros.
Normas y regulaciones
Los reglamentos de trabajo suelen prohibir explícitamente el consumo de bebidas alcohólicas en horas laborales, sin especificar si la restricción se extiende a las versiones sin alcohol. En esos casos, la interpretación queda en manos de la empresa.
- Algunas organizaciones permiten estas bebidas en espacios como almuerzos corporativos o actividades internas, siempre que no afecten la imagen institucional. En cambio, otras optan por prohibirlas en todo el recinto para evitar confusiones.
Ética y ambiente laboral
El debate no es sobre el contenido de la bebida, sino sobre el contexto. En un entorno que promueve hábitos saludables, el uso de una cerveza sin alcohol podría ser visto como contradictorio.
Además, la práctica puede incomodar a colegas que asocien la botella o lata con alcohol tradicional.
En fin
No es poco ético en sí mismo beber cerveza sin alcohol en el trabajo. Sin embargo, en la práctica, puede resultar imprudente por la manera en que afecta la percepción de los demás y por las políticas internas de cada empresa.
Fuente: Diario Libre
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