Este jueves, investigadores rusos afirmaron que los responsables del ataque en un concierto en Moscú tenían conexiones con nacionalistas ucranianos y recibieron sumas significativas de dinero desde Ucrania. Aunque el ataque fue atribuido al Estado Islámico, las autoridades rusas han estado insistiendo en la conexión ucraniana. Por su parte, Ucrania niega cualquier participación en el hecho.
Según el Comité de Investigación ruso, el análisis de los terroristas detenidos, sus dispositivos técnicos y las transacciones financieras revelaron estos vínculos con nacionalistas ucranianos. Se informó que los atacantes recibieron importantes sumas de dinero y criptomonedas desde Ucrania para llevar a cabo el crimen.
Además, se anunció el arresto de un nuevo sospechoso que habría contribuido a financiar el ataque, elevando el total de detenidos a doce, incluyendo a los cuatro presuntos atacantes.
El atentado tuvo lugar antes de un concierto del grupo de rock ruso Piknik en el Crocus City Hall, dejando al menos 143 personas fallecidas y 360 heridas. Los atacantes dispararon armas automáticas e incendiaron el edificio.
De acuerdo con Vladimir Putin, los atacantes fueron capturados en la región rusa de Briansk intentando huir a Ucrania. El jefe de seguridad Alexander Bortnikov acusó a los servicios secretos ucranianos y occidentales de haber facilitado el atentado, acusaciones que Ucrania ha negado rotundamente.
Estados Unidos mencionó que advirtió a Rusia en marzo sobre la posibilidad de un atentado terrorista en grandes concentraciones en Moscú.
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