En la fábrica de Laboratorio Magnachem International, Antonia Díaz examina cuidadosamente frascos de ampollas de lidocaína en busca de defectos de fabricación. A pesar del olor a medicamentos en el ambiente, el escenario no es un hospital de emergencias, sino una empresa farmacéutica dominicana.
Esta compañía, junto con otras en el país, produce productos populares como Broncochem, Laritox, Coralat, y genéricos como Mamey y Gary. Aunque la materia prima se importa de otros países, la fabricación se realiza localmente.
La industria farmacéutica dominicana representa el 1.3% del PIB y abastece el 65% del consumo nacional privado de fármacos. Ofrece desde tratamientos para enfermedades crónicas hasta medicamentos para procesos gripales.
La producción de medicamentos genera empleos y contribuye significativamente a la economía local. Las empresas farmacéuticas locales compiten con multinacionales y enfrentan desafíos como la importación de medicamentos, las falsificaciones y la demanda de productos genéricos.
El sector farmacéutico dominicano también ha incursionado en la fabricación de vacunas y medicamentos de alto costo. A pesar de los retos, estas empresas continúan innovando y buscando expandir su presencia en el mercado nacional e internacional.
La industria farmacéutica nacional ha logrado importantes hitos, como el licenciamiento para fabricar tratamientos contra el COVID-19 y la obtención de patentes para medicamentos contra el cáncer. A pesar de la competencia de importaciones de países como India y China, las empresas locales se mantienen firmes en su compromiso con la calidad y la innovación en el sector.
Infadomi, la asociación de industrias farmacéuticas dominicanas, busca fortalecer la regulación y supervisión de la fabricación de medicamentos, para garantizar la calidad y la confianza en los productos nacionales. El sector farmacéutico sigue evolucionando y enfrentando nuevos desafíos en un mercado cada vez más competitivo.
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